El veterano sindicalista, de 74 años, se ha convertido en un adversario político para el presidente a quien endilga dejar recaer todo el peso del ajuste económico en las espaldas de los trabajadores.
El Gobierno lo acusa de motorizar la oposición para contrarrestar la acción de la Justicia, donde avanzan varias investigaciones en su contra por presunto enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.
Como líder de los camioneros, Moyano controla un sindicato capaz de paralizar el transporte de carga del país. Lo conduce uno de sus siete hijos, Pablo; otro es diputado nacional y un tercero, abogado laboralista.
Es el líder sindical más poderoso de Argentina y tiene influencia en el mundo sindical, aunque no cuente con el apoyo de otros grandes sindicatos dentro de la principal central obrera CGT que condujo por doce años hasta 2005.
Logró amasar el poder sindical de camioneros a fuerza de debilitar a otros sindicatos absorbiendo sus afiliados, lo que le valió varios enemigos.
La multitudinaria manifestación del miércoles último fue una demostración de su poder, pero también la expresión de un malestar hacia el Gobierno.
El cepo al aumento de salarios y el recorte de jubilaciones han provocado una caída en la imagen presidencial, que sin embargo se mantiene en 40%, según sondeos.
Como Macri en Boca Juniors, Moyano también ha tejido parte de su poder en el fútbol. Es presidente del Club Atlético Independiente desde julio del 2014 y fue reelecto en diciembre del 2017. Su yerno, Claudio Tapia, es el actual presidente de la Asociación del Fútbol Argentino.
Una de las causas por la que es investigado es por presunto lavado de dinero en Independiente. AFP