“No tire la comida, comparta con el que tiene hambre”, reza uno de los carteles bien visibles junto al modesto local, a donde diariamente concurren entre 40 a 50 personas de condición humilde, en busca del desayuno o del almuerzo. Son principalmente recicladores, madres con sus hijos que trabajan en la calle, adultos mayores sin hogar...
La iniciativa se nutre con el aporte de muchos otros ciudadanos solidarios, que entregan víveres, utensilios, ropas, calzados.
Junto al comedor funciona también el “perchero solidario” en donde cuelgan ropas disponibles para quienes las precisan. “Si necesitás, llevá uno; si te sobra, doná uno”, dice el cartel que anima al perchero.
DINERO, NO. Los propulsores del Kiosko Solidario tienen una regla muy clara: no aceptan donaciones de dinero en efectivo, solamente en especies, para que no se produzcan inconvenientes con el manejo de los fondos. “Eso nos causa algunas dificultades, ya que aparecen personas que quieren darnos dinero. Lo que hacemos es darles una lista de nuestras principales necesidades y pedirles que las compren. Lleva más tiempo, pero facilita la transparencia”, dice Mito.
Han soportado el lamentable caso de un robo de sus equipos, pero la gente respondió ayudándoles a reponerse con más donaciones. Su solidaria labor hizo que los periodistas de ÚH los seleccionen entre los Protagonistas Destacados del 2017.