10 feb. 2025

Un nervioso Galaverna hace gala de su influencia política

En los últimos tiempos el líder de la bancada colorada del Senado revela un llamativo descontrol en sus actuaciones. Hace demostraciones de poder con directas injerencias en otros poderes del Estado.

Desafíos al presidente. Discursos llenos de improperios. Ostentación y demostraciones exacerbadas de su influencia política y ataques más furibundos contra la prensa marcan las últimas actuaciones de Juan Carlos Galaverna, el polémico líder de la bancada oficialista del Senado.
Una mirada a sus intervenciones recientes revela que el legislador sufre de descontrol.
Las demostraciones de poder de Galaverna empiezan a ganar notoriedad antes de las elecciones municipales del 19 de noviembre. Es cuando inicia una campaña personal directa en contra del director de Informática de la Justicia Electoral, Ricardo Lesme, a quien acusa de tener una “actitud torcida”.
Su malhumor crece con la derrota del candidato a intendente colorado en Ypacaraí, donde ganó el PLRA. Aunque su hijo “Nano” Galaverna es electo concejal, el oficialismo no obtiene la mayoría para que su heredero asuma la presidencia de la Junta Municipal. A problemas electorales, hubo una “solución política”. La Corte Suprema anuló algunas mesas y con ello la ANR “ganó" una banca más en la Junta Municipal ypacaraiense.
Las acusaciones sobre su injerencia en la Justicia Electoral explotaron con la destitución de Lesme.
Como le gusta hacer gala de su poder, apareció en el acto de proclamación de Evanhy de Gallegos y se sentó en la mesa principal junto a los ministros. Esta situación provocó la ira opositora, que se retiró del acto. “Solo fui invitado”, dijo, para minimizar el enojo.
En medio de esta tormenta, Galaverna también tuvo actuaciones iracundas cuando desató su ira contra el comandante de la Policía, Fidel Isasa.
En este caso, se despachó contra la “inutilidad” del jefe policial por obedecer las órdenes del titular del Congreso, el oviedista Enrique González Quintana, y permitir que manifestantes de Clínicas mantengan secuestrados a los legisladores. Incluso desafió al Presidente de la República, a quien aconsejó que no pida el ascenso de Isasa, porque “todo el mundo se ríe de él”.
Por ese caso se tomó con el presidente del Congreso, a quien –luego de lanzar todo tipo de improperios– le mostró el dedo del medio en plena sesión.
No faltaron, igualmente, los maltratos a periodistas, irritado por las críticas. El senador afirma que hay un sector “miserable”, una especie de cloaca del periodismo, tanto en la prensa escrita como radial, que solamente busca el fracaso del Partido Colorado.
Como el año pasado, su cumpleaños levantó la misma indignación por el derroche y la ostentación. Y, como el año pasado, resaltó la presencia de los ministros de la Corte Raúl Torres Kirmser, Wildo Rienzi y Víctor Núñez.
Sus correligionarios evitan opinar sobre sus desbordes, pero fuera de micrófono se animan a decir que se debería a que ya no figura en la agenda política del 2008 de Nicanor y menos aún de Luis Castiglioni.

Nuevos agravios
El senador colorado Juan Carlos Galaverna apeló de nuevo al lenguaje de agravios para refutar las denuncias que señalan su injerencia en la destitución del director de Informática de la Justicia Electoral, Ricardo Lesme.
En conversación con Leo Rubín, periodista de radio Ñandutí, primero confesó que no ha escuchado la supuesta grabación entre él y el ministro del TSJE, Rafael Dendia, pero que sí esta existía era de unos cuatro años atrás.
Indicó que no sabía de la existencia de Lesme. “Sin que esto fuera peyorativo, esa vez fui a lo de Dendia a pedido de los ministros. Creo que en esa época Ramírez Zambonini me lamía el talón para su confirmación”, puntualizó.
Añadió que jamás utilizó la palabra “presa”, como señala Ramírez Zambonini en su escrito. “No considero así a nadie. Yo denuncié públicamente negligencia y sospecha de mala fe de Lesme. Jamás me crucé con él y no tengo nada personal con él”, recalcó.
Insistió en que lo del ministro Ramírez “parece más el chismorreo de una vieja gorda que un voto de un ministro de la Justicia Electoral”. Remató: "Él (el ministro en cuestión) hijoputescamente oculta que yo le dije que habría que cambiar al director y que a Lesme no lo eche a la calle”.
Finalmente, Calé consideró “un hermano” al ministro Juan Manuel Morales y que sentía “gran respeto” por el ministro Rafael Dendia, “casualmente” los dos que determinaron la destitución de Lesme.