Mientras algunos todavía rendían, otros celebraban con sus compañeros y familiares el logro de convertirse en abogados. Se cruzaban tanto en la entrada a la sede educativa como en los pasillos padres y madres llevando arreglos florales a sus hijos recién egresados. “Seis años de sacrificio”, resumió Jessica Rojas, quien dijo que los primeros semestres iba en colectivo desde San Lorenzo hasta la facultad, ubicada en el barrio Trinidad.
“Mezcla de sentimientos, un orgullo estar acá, porque ella ya es mamá y valoramos mucho el esfuerzo y sacrificio”, dijo Amada Rojas, a cuya hija le llevó diez años terminar la carrera. “Ella es un ejemplo de perseverancia, le costó mucho llegar a la meta. Voy a hacer lo posible en pararme para abrazarle”, dijo mirando a su marido que la secundaba detrás de la silla de ruedas donde estaba sentada.