“Las sanciones a Rusia seguirán como están”, recalcó Trump en una rueda de prensa en la Casa Blanca junto al primer ministro italiano, Giuseppe Conte.
El mandatario estadounidense tuvo que enfrentar un aluvión de críticas tras su encuentro con Putin, en el que desautorizó en un primer momento a las agencias de inteligencia estadounidenses que aseguran que Moscú interfirió en las elecciones de 2016.
De regreso a Washington, Trump se retractó, y defendió a sus servicios de inteligencia, aunque volvió a generar polémica al anunciar su invitación a la Casa Blanca a Putin para finales de año.
Posteriormente, la Casa Blanca matizó que la segunda reunión entre ambos líderes no se produciría hasta 2019.
El Gobierno estadounidense, liderado por el Departamento del Tesoro, ha impuesto varias rondas de sanciones a ciudadanos y entidades rusas, algunos vinculados a Moscú, acusados de estar implicados en actividades “cibernéticas maliciosas”.
La presunta injerencia de Rusia en las elecciones de 2016 para la Casa Blanca y los posibles contactos del Kremlin con la campaña del actual presidente son objeto de investigación por parte del Departamento de Justicia con el fiscal especial Robert Mueller al frente.