AFP y EFE
Primera votación, fumata negra. Los cardenales no llegaron este miércoles a un acuerdo sobre el sucesor del papa Francisco y permanecerán aislados del mundo hasta que un nombre consiga al menos 89 de los 133 votos, dos tercios.
Los cardenales votarán a partir de hoy cuatro veces: dos por la mañana y dos por la tarde. La normativa establece que en los tres primeros días se celebren dos votaciones por la mañana y dos por la tarde.
Si tras esos tres días ninguno ha alcanzado los votos necesarios, se procederá a una jornada de reflexión y plegarias en la que no se votará, que sería el próximo domingo. Después volverán a celebrarse tres tandas de siete votaciones, con sus respectivas pausas.
PRIMERA FUMATA
La fumata negra de este miércoles no fue una sorpresa. La elección ya preveía más negociaciones y varias votaciones para llegar a un nombre de consenso entre los “bergoglistas” de Francisco y el ala más conservadora que criticó mucho el pontificado de Francisco.
El primer escrutinio se conoció tres horas y cuarto después del extra omnes, la orden de “todos fuera” para que los “príncipes de la Iglesia” se encierren y den inicio a este ritual que data de la Edad Media.
Un lamento de 50.000 personas agolpadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano acompañó la columna de humo que emanaba de la pequeña chimenea de cobre ubicada en el tejado de la Capilla Sixtina donde ocurre todo el proceso.
“Me emociona, no importa que el humo sea negro, demuestra que el Espíritu Santo está trabajando”, dijo a AFP James Kleineck, un turista de 37 años de Texas. “Pronto habrá otras votaciones, tendremos nuestro Papa”.
“No me sorprende, creo que va bien”, indicó por su parte Marcelo Castro, un religioso mexicano de 26 años.
La fumata negra estuvo precedida por la confusión en la Plaza de San Pedro, cuando las pantallas que proyectaban la imagen de la chimenea se fueron a negro antes del esperado momento. Y el anochecer volvió complicado distinguir el color del humo en un primer momento.
Los 133 cardenales electores –que tienen menos de 80 años– quedaron aislados del mundo, sin acceso a internet, teléfonos, televisión o la prensa, hasta que escojan un nuevo Pontífice.
PROCESO DE SUFRAGIO
Frente a los magníficos frescos de Miguel Ángel, los purpurados votan “en presencia de Dios” bajo solemne silencio.
Cada cardenal escribe el nombre de su candidato, dobla la papeleta y la coloca en un plato de plata, que se usa para depositarla en una urna ubicada precisamente a nivel de la imagen del Juicio Final.
Las papeletas se queman en una estufa con ayuda de químicos para dar el color del escrutinio.
Antes del extra omnes, los cardenales juraron guardar secreto sobre el proceso y desempeñar “fielmente” el papel de Pontífice si resulta electo por “disposición divina”.
El decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, llamó en una misa previa al cónclave a “mantener la unidad de la Iglesia” de cara al momento “difícil, complejo y convulso” que enfrentará el futuro líder espiritual de 1.400 millones de católicos.
Las elecciones de Benedicto XVI y Francisco tomaron dos días. La mayoría de los cardenales estiman máximo tres; los más pesimistas, cinco.
Parolin figura entre los favoritos para relevar a Francisco, de quien fue su secretario de Estado por 12 años. El diario Il Messaggero incluye además en la “galaxia de papables” al italiano Pierbattista Pizzaballa, el húngaro Peter Erdo, el esrilanqués Malcolm Ranjith y al español Ángel Fernández Artime.