El alta tras una estancia prolongada en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) requiere un seguimiento médico multidisciplinar que puede extender el tratamiento de recuperación total hasta meses después. En promedio un paciente ingresado a cuidados intensivos por Covid-19 permanece casi un mes, según señala el Dr. Carlos Morínigo, jefe de contingencia respiratoria del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente.
“Generalmente los que salen de alta son los que están de entre 3 a 5 semanas en UTI, es el promedio que manejamos”, apunta. Y añade que incluso se registró un caso de 120 días, que finalmente no superó a la enfermedad. La estadía promedio representa un trauma para el cuerpo que mantiene una lucha contra el virus junto a la exposición a la ventilación mecánica y medicamentos que limitan el movimiento”, señala.
“Cuando un paciente estuvo mucho tiempo, requirió oxígeno probablemente a altas dosis, por lo que su evaluación hasta el tercer mes se centra en la parte respiratoria pulmonar”, puntualiza Morínigo. Y añade que conforme cada evolución se desarrolla el seguimiento, que depende del tipo de secuelas de cada paciente. “Hablando específicamente de los pacientes con Covid que hicieron neumonía pueden quedar con secuelas importantes a nivel respiratorio, aparte de astenia crónica, que es la debilidad y los problemas de movilidad”.
En cuanto a la movilidad la Lic. Ruth Ortiz, coordinadora de la carrera de Kinesiología y Fisioterapia de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA, destaca que el trabajo del kinesiólogo cumple un papel fundamental dentro de las Unidades de Cuidados Intensivos, tanto de adultos como pediátricos. Esta colaboración inicia desde el momento de la intubación y se traslada hasta el alta médica. Se continúa con ejercicios para ganar fuerza y masa muscular. “Al paciente se lo ve como un universo, entonces se lo tiene que trabajar en el aspecto respiratorio y músculo esquelético”, enfatiza. Este trabajo en conjunto puede evitar secuelas funcionales y consecuencias respiratorias.
En estudios de pos-UTI se registraron déficit nutricional calórico-proteico, cuadros de depresión y dolores neuropáticos por daño de nervios periféricos. Un paciente dado de alta en los primeros días tiene una falta considerable de movimiento. “Los relajantes musculares generalmente lo que hacen es debilitar los músculos. Por eso al paciente de repente le cuesta restablecer sus actividades”.
Y como punto importante el doctor aclara que los pacientes salidos de UTI ya no cuentan con infecciones, pero es importante aislarlos de nuevos contagios y mantener todas las medidas de bioseguridad. “En el proceso de recuperación, dependiendo de qué neumonías intrahospitalarias pudo ocasionar la estancia prolongada, se puede ver afectado el grado de inmunidad. Esto se debe a la cantidad de medicamentos que se utilizaron en el proceso de recuperación”.
NUEVO VIRUS DEL SIGLO