21 jun. 2025

Tacumbú y cuota Hilton

Por Caio Scavone
Villarrica

Desde hace más de 20 años, la Unión Europea decidió otorgar unos cupos para la importación de carne vacuna que reúna los requisitos de calidad y formalidades exigidos por los europeos. Se lo denominó a esta asignación, y que sigue hasta ahora como cuota Hilton que, en resumen, permite la exportación de una cantidad de cortes vacunos seleccionados y especiales con alto valor económico enviados bajo un régimen arancelario diferenciado y de commodity.
Se comenta que Paraguay podría nuevamente embarcar su asignado cupo Hilton de mil toneladas a un costo aproximado de 7.500 dólares por tonelada desde mediados de este año. Argentina, por ejemplo, llegó a embarcar el tope de 32.600 toneladas en el año 1994 y ahora embarca por año 28.000 toneladas.
La cuota lleva el nombre de una cadena hotelera y en términos sencillos significa que haciendo bien los deberes, el exportador podrá tomar vacaciones en alguno de los hoteles de dicha cadena en el mundo y, a la inversa, haciendo las cosas a estilo paraguayo y desorganizadamente solo podrá apatucarse en nuestro país.
Recorriendo nuestras peligrosas rutas nacionales, vemos como resultado de esta cuota que las vacas son más sagradas que en la India. Las vemos pastando al costado de nuestras rutas, con total tranquilidad, fuera de los campos, siendo los automovilistas los que deben recurrir a cuidados extremos para no llevarse puesta a una de estas reses donantes de carne, leche y cuero.
Tenemos, gracias al MOPC, carteles indicadores que anuncian la libre presencia de vacunos sueltos. Algunos enormes carteles ruteros también indican que debe ser denunciada la presencia de estos rumiantes ante la Policía Caminera. Sin embargo, al no existir posibilidades de cobrar coimas por no poseer patentes extranjeras, poco o nada pueden hacer estos abnegados recaudado… digo verificadores del tránsito. Cuando se denuncia a esta Policía la ambulatoria presencia de las vacas en la ruta no te dicen ni muuu. La Ley 1880 promulgada el 24 de abril de 2002 que reglamenta la permanencia o tránsito de animales sueltos como equinos, vacunos, porcinos, caprinos y ovinos, en su artículo cuarto, certifica claramente que podrán ser decomisadas o sacrificadas en el acto por la Policía Nacional o la autoridad municipal. La ley está clarita.
Las vaquitas para ser exportadas como parte de la cuota deben cumplir ciertas exigencias. Ningún brote de aftosa debe emerger en la región, so pena de ser eliminado de la lista de buena fe. Casi siempre ese mal se inicia en la frontera de los países vecinos para dar génesis a ese popular dicho curepí: las vaquitas son de nosotros pero la aftosa es ajena. Otro terrible mal que debe ser estudiado es el contagio que existe entre los afamados caballos locos para evitar la enfermedad de las vacas locas, en cuyo caso podríamos ir olvidando la posibilidad de exportar carne vacuna y serán los exportadores que quedarán locos, y no precisamente de contentos.
Al volver la cuota Hilton, podríamos ir también blanqueando nuestra otra exportación, la de la mano de obra a Europa, exigiendo que exista también un cupo anual para los paraguayos que van en busca de trabajo. Digo, para ir blanqueando la situación y evitar así las expulsiones que ocurren antes de empezar el partido. Por eso y mucho más, esperemos que los europeos reabran y aumenten el cupo de la cuota Hilton al Paraguay, tanto para los vacunos de la raza Angus y Nelore, como el cupo para la raza guaraní pues en Tacumbú Hilton ya no hay lugar y todavía quedan en lista de espera muchos altos funcionarios de este Gobierno.