“De joven tuve un accidente terrible en moto. Un vehículo me atropelló y tuve un gran golpe en la cabeza. Al poco tiempo y sin operación logré reponerme. Desde allí decidí peregrinar todos los años para agradecerle a la Virgen por mi vida, luego sobreviví a otros dos accidentes más, por eso siempre estoy agradecido con ella. Venía caminando, a veces desde Coronel Oviedo y otras, desde colonia Montanaro”, señaló el hombre mientras cargaba en un bidón el agua del Tupãsy Ykua.
Asegura que dicho líquido cura cualquier dolencia, “todo es cuestión de fe”, destacó el devoto de la Virgen.
Manantial bendito. Convencidos del poder del agua, miles de feligreses llegan hasta el Tupãsy Ykua en busca del líquido que afirman tiene un gran poder para sanar. Desde niños hasta ancianos se acercan hasta los grifos disponibles para sumergirse en el líquido vital. Además de tratar de aplacar el calor buscan la sanación.