20 ene. 2025

SUDAMERICANITAS

ABIERTOS. Qué gran diferencia existe entre la delegación brasileña con la paraguaya. A diferencia de la delegación nacional, que por orden del cuerpo técnico pone horas y todas las restricciones posibles a la prensa, a tal punto que el día del partido, como novia que se casa, no tiene ningún contacto con el exterior, los brasileños se pasean a sus anchas por el hotel Barcelona y dialogan con todos. Hay cosas que debemos copiarlas, y para bien.
ACLARACIÓN. Pero he aquí la aclaración: no son los jugadores los que se niegan a hablar con la prensa. La orden viene de arriba y ellos como jóvenes que son no se animan a romper la regla, para nada simpática. Desde que arrancó el operativo, estos siempre mostraron predisposición.
GIGANTES. Otra característica de los jugadores brasileños es su estatura. Estos enviados se cruzaron con ellos a la hora del desayuno y todos sobrepasan los 1,80 metros, además de la gran masa muscular que poseen. ¡Tuicha hikuái!
TROPICALES. La gran mayoría de los integrantes de la selección nacional curten la onda tropical y la bailantera, cuando de ritmos musicales se trata. Es más, al subir al bus que los lleva al entrenamiento, se llevan consigo sus cedés de ese estilo musical y los escuchan camino a la práctica, según nos comentó Christian Bogado, un gran cachakero.
SHORT GRANDE. Al encargado de sacar las medidas del jefe de prensa de la delegación paraguaya, Vicente Barrios, se le fue la mano y le trajo un par de numerillos de más en el tamaño de su atuendo. El short que utilizó le quedaba como un capri, pero bien suelto.
MÁS PAPISTA. Lo malo de Vicente es que se olvidó de sus tiempos de cronista, donde lo único que uno quiere es conseguir la información, que no es delito. Pero Vicentico se encarga de controlar cada paso que dan los cronistas paraguayos, a tal punto que cuando Christian Bogado, uno de los integrantes de la selección, se quedó a dialogar con nosotros, fuera del dictatorial horario impuesto, él vino y le dijo: “No, ahora no es hora de hablar”. Se volvió más papista que el Papa.
HORA PICO. La sala de prensa con que cuenta el estadio Río Parapití no da abasto en las horas pico. Es que el complejo montado bajo las preferencias solo cuenta con cuatro máquinas con internet a full, lo que a la hora de los partidos se congestiona, y mientras uno escribe ya tiene la presión de tres colegas que están esperando turno.