PARADISIACO. El hotel Pousada do Bosque, donde se encuentra alojada la selección, es un lugar paradisiaco para el alojamiento de delegaciones deportivas. El complejo se encuentra rodeado de un pequeño bosque, como su nombre lo dice, lo que llama al relax y a la desconexión del ruido del centro de Ponta Porá y de la misma Pedro Juan Caballero.
SE TIRAN LA PELOTA. El entrenador de la selección paraguaya, Ernesto Mastrángelo, responsabilizó a los encargados del regimiento Marechal Dutra, donde entrena la selección, de prohibir el ingreso de la prensa; pero cuando llegamos al destacamento militar, siguiendo al bus de la delegación paraguaya, los empleados militares dijeron desconocer de dónde venía la orden. Entonces, quién es el que impuso la prohibición a la prensa.
PELIGROSO. Llegar a Pedro Juan Caballero viajando de madrugada resulta toda una odisea. Pues a la falta total de señalización, desde el Cruce Yby Yaú hasta la ciudad fronteriza, unos 100 km, se suma la densa neblina que cubre la serranía del Mbaracayú, cuya vista es imponente, pero uno no puede avanzar más de un kilómetro por hora.
OTRA HISTORIA. Qué poco ha cambiado Pedro Juan Caballero en los últimos 10 años. En las ocasiones que nos ha tocado visitar esta metrópoli fronteriza, el aspecto edilicio presenta las mismas características que hace una década. Todo lo contrario pasa con Ponta Porá, que a cada visita cambia algo en su aspecto, lo que obliga a preguntar si uno está en el sendero correcto, por más de que conozca la zona, por el cambio de aspecto que presenta.
BUENA ONDA. La buena onda reina en el seno del plantel. Ya durante el desayuno, como en el breve viaje hasta el destacamento Marechal Dutra, donde entrena la selección, los muchachos se mostraron amables con nosotros. Lo que de nuevo llama a las críticas es la prohibición de acceder a la movilización vespertina, en especial para los reporteros gráficos.
VICECÓNSUL. Alguien que acompaña constantemente a la delegación nacional es el vicecónsul de Paraguay en Ponta Porá, el señor Francisco Javier Espínola, quien, ni bien se enteró de nuestra presencia, se puso en contacto con nosotros para ofrecer su ayuda para lo que precisemos en la ciudad fronteriza con nuestro país.