Publicado el 19/AGOSTO/2006
Por Richard Ferreira
El martes se cumplieron tres años de la asunción del presidente Nicanor Duarte Frutos. El miércoles murió Alfredo Stroessner, el ex dictador que gobernó el país por 35 años. Es por ello que esta semana es imposible dejar de lado la tentación de compararlos. Hay muchas y grandes diferencias entre ambos (sobre todo en temas sobre Derechos Humanos), pero también algunas cosas que podrían considerarse similares. Veamos algunos aspectos que los une y los separa.
EL PODER. Stroessner buscó el poder a través de un golpe y lo consiguió, se enamoró de él y no lo quiso dejar, por lo que estuvo en la silla del Palacio de López por 35 años, hasta que otro golpe, el de su consuegro, lo derrocó. Su gobierno era sinónimo de dictadura, pero sus allegados decían que había democracia. Nicanor buscó y logró el poder a través de las vías democráticas. Se declara un político profesional, por lo que mantenerse en el poder se convierte en su fin. Asegura que es democrático, pero la oposición afirma que es un dictador.
PUEBLO COLORADO. Stroessner usó y dominó al Partido Colorado para fortalecer su poder. Gracias a la ANR, con la estructura del Estado en sus manos, consiguió varias reelecciones y ni qué decir adhesiones multitudinarias espontáneas, en las que “el pueblo” pidió, a gritos, su continuidad al frente del gobierno. Nicanor domina al Partido Colorado. Ya logró su reelección como presidente partidario y ahora busca, con el “respaldo del pueblo”, que le grita en los actos oficiales, mantenerse en el poder en el 2008. Con la estructura de Itaipú y del Estado en sus manos, plantea que “el pueblo” decida si se quiere una reforma de la Constitución, que le permita la reelección.
EL CONGRESO. Stroessner manejó el Congreso, con una mayoría absoluta de fieles, aunque con la presencia de algunos “opositores” para legitimar la supuesta democracia. Cuando quiso que se convoque una Constituyente para ampliar su mandato lo consiguió, fácilmente. Nicanor maneja con una mayoría hasta cómoda la Cámara de Diputados, pero no el Senado, donde tiene minoría. Quiere que se convoque una Constituyente para intentar su reelección, pero los senadores de la oposición le dicen “no”.
PAZ Y PROGRESO. Stroessner tenía como lema preferido “paz y progreso”. Se ufanaba porque -dicen- podía controlar a los comunistas, sean estos comunistas reales o solo detractores. El “progreso” se dio con las grandes obras de gobierno, sean rutas, edificios, etc. En la era Nicanor también hay “paz y progreso”, al menos él lo asegura así.
Dice que desde que asumió existe paz, por lo que no hay convulsión social ni política. Afirma, además, que se han construido más rutas y viviendas populares en comparación a otros gobiernos y que la situación macroeconómica está como para que el país se inunde de inversiones extranjeras.
FFAA. Stroessner era un militar que impuso su fuerza en el interior de las FFAA. Los militares estaban afiliados al Partido Colorado; todos, sin excepción. Los militares tenían el poder, eran contrabandistas, narcotraficantes, pero, a la vez, intocables. Nicanor es un civil, pero es el comandante de las FFAA. Los militares ya no están afiliados al Partido Colorado, pero la mayoría de los que están en la cúpula militar son nicanoristas. Los militares ahora están en las calles buscando “caballos locos” y ya no tienen el poder de antes; no pueden conseguir siquiera sus ascensos.
LA FELICIDAD. Stroessner era el rubio. Dicen que durante su gobierno no hacía mucho calor, ni mucho frío; se vivía bien seguro; los “malos” estaban en las mazmorras; la pobreza no existía. Sus admiradores aseguran que "éramos felices, pero no lo sabíamos”. Nicanor es el morocho. Con él, sentimos más calor que nunca, pero por el calentamiento global. El índice de inseguridad bajó. Los “malos” son los que critican, aunque por suerte no están presos. Y la pobreza disminuyó, según el informe oficial. Los que lo admiran, como Herminio, dicen que “vivimos en un país de maravillas, pero no nos damos cuenta”.