La dura imagen de estos niños inmigrantes solos ante el juez es una escena cada vez más frecuente en las cortes de inmigración de todo Estados Unidos.
“Son niños tan pequeños que cuando les preguntas ¿Cómo se llama tu papa? Ellos responden: ‘papá’, y ¿tu mama?: ‘mamá’”, dice a Efe Yliana Johansen-Méndez, abogada del Immigrant Defenders Law Center con base en Los Ángeles.
La presencia de menores solos frente a una Corte de Inmigración no es algo nuevo, pero sí lo es que los convocados a las audiencias sean niños de tan corta edad como uno, dos o tres años.
“Antes teníamos jóvenes de 14 o 15 años que podían explicar a la Corte sus casos; sin embargo, ahorita, con las separaciones familiares que tuvimos en la frontera estamos teniendo más casos de menores mucho más pequeños, niños que apenas sí pueden decir su nombre”, dice la abogada.
Desde abril pasado, como parte de la política de “tolerancia cero” con la inmigración ilegal que sigue la administración del presidente Donald Trump, los niños son separados de sus padres nada más cruzar la frontera con México.
En medio de una ola de indignación popular por esas separaciones, un juez de California ha ordenado al Gobierno que entregue a los cerca de 3.000 niños separados a sus padres y ha fijado plazos para ello, pero concedió al gobierno una extensión. efe