14 jun. 2025

Solo una pequeña parte de las mercaderías incauta la Policía

La fuerza pública, entendida como policías y militares, está presente para combatir el tráfico fronterizo en Ñeembucú. Sin embargo, los uniformados no cumplen la función que les compete.

El Ministerio Público en tan solo una semana procedió a incautar 20 mil litros de gasoíl, dejando de manifiesto el descomunal tráfico ilegal de combustible existente en la zona.<br>El ordeño de combustible es uno de los delitos más comunes y el negocio más rentable en el Ñeembucú. <br>En todo el departamento existen numerosas bocas de expendio del carburante de ingreso ilegal y varios transportistas adquieren, principalmente el gasoíl, a precios que van de 3.000 a 3.500 guaraníes por cada litro. <br>Un tropiezo no es una caída, dirán los ilegales, porque el tráfico continúa campantemente. Ante los miles de litros que fueron decomisados por el Ministerio Público en los últimos tiempos, son muchísimos más los que logran “burlar” los frágiles controles tanto de la Policía Nacio-nal como de la Armada Nacional. <br>Luego de cada intervención, rápidamente aparecen los documentos que pretenden legitimar la mercadería. Con relación a esto, el fiscal en lo Penal Juan Manuel Stete refirió que resulta llamativo que la boleta provenga de tanta distancia. <br>TRUCOS. En la última incautación, el documento de compra provenía de una estación de servicio de San Lorenzo (departamento Central). <br>El representante público dijo que resulta muy llamativo que la compra se realizara a tanta distancia de Pilar y fuera transportada en envases totalmente impregnados de barro. <br>Esto indica que los tambores y bidones fueron manipulados en la costa del río. Igualmente, llamó la atención del fiscal la cantidad de combustible almacenado en un taller y también todo un dispositivo instalado para la carga rápida del carburante, con mangueras. <br>El gran ordeño que se realiza desde la confluencia -Itá Pirú, Paso de Patria, Humaitá, Naranjito, puertos situados a pocos kilómetros al sur de Pilar sobre el río Paraguay, Mburicá- evidencia la complicidad de las autoridades responsables de controlar todo este operativo, que produce millonarias pérdidas al fisco. <br>Los trabajadores del río son otros de los afectados por esta práctica, pues en cada descarga cientos de litros de combustible son vertidos al río, provocando una contaminación descomunal y ahuyentando a los peces de las zonas pesqueras.<br> El Ñeembucú sigue todo igual, nada cambió tras la asunción al mando del nuevo gobierno de Lugo.<br>