Martes|18|NOVIEMBRE|2008
bcolman@uhora.com.py
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“Yo quiero que le vaya bien a Lugo.”
Quien me dijo esto no era luguista, ni de Tekojoja, ni liberal.
Extrañamente es un amigo colorado. Digo extraño, no por su condición de amigo, sino por su opinión como colorado.
Era una conversa sobre los cien días del nuevo Gobierno. "¿Por qué voy a querer que fracase? Tengo tres hijas y un nieto”, amplió el amigo.
A mí me gustó su argumento, me pareció muy sensato eso de ponerse a pensar que si al país le va muy mal, vamos a jorobarnos todos.
La idea es muy simple. Si Lugo y Franco hacen bien su trabajo, al país le va a ir bien.
Lástima que sean tan poquitos quienes piensan de esta manera. Lástima que dentro del mismo Gobierno pareciera que hay tantos que trabajan de boicoteadores.
SIN VERGÜENZA. El otro día vi el programa de Humberto Rubín. Era un debate con Desirée Masi, Yoyito Franco y Rogelio Benítez.
La verdad, le admiro a Desirée. No sé cómo habrá hecho para aguantarse las ganas de darle por lo menos un tuque al colorado.
Y me gustó la parte donde ella les reclamó a los colorados que se hagan los ñembotavy sobre el estado del país. “Como si aquí los últimos 60 años hubieran gobernado los extraterrestres”, dijo.
La respuesta del colorado Rogelio Benítez fue el silencio; y, claro, es que no les da el cuero para asumir sus culpas y responsabilidades.
Pero, con todo lo que hicieron desde tiempos del dictador Stroessner, y con el mérito de haber llevado al Paraguay a la cima, entre los países más corruptos, tienen la caradurez de querer dar lecciones de cómo gobernar.
Si yo fuera Lugo, les decía que antes de hablar, primero devuelvan los dineros.
100 DÍAS. Poco antes de cumplirse los cien días de gestión, el presidente Lugo ocupa el tercer puesto entre los mejores jefes de Estado de Iberoamérica, según el sondeo del Latinobarómetro. Comparte la ubicación con Rodríguez Zapatero y con Michelle Bachelet. Lula está primero y el rey Juan Carlos, segundo.
Contradiciendo el resultado de la encuesta, hay quien señala que el país es un despiole, y que el nuevo Gobierno está confundido. Pero, en la calle, la gente pareciera que todavía tiene esperanza.
Hasta el momento no me decido. No sé qué nota le pondría yo a la gestión de Lugo. Y mi confusión es bastante parecida a lo que está sucediendo en las entidades binacionales.
Era vox pópuli que tanto en Itaipú como en Yacyretá se había instalado un carnaval de gastos desaforados. Y sólo con el cambio de Gobierno los ciudadanos pudimos comenzar a enterarnos de todo lo que sucedía en estos entes.
Pero los cien días de gestión en estas dos entidades fue muy diferente. Mientras comprobamos que la Itaipú financió la campaña electoral de Blanca Ovelar, y de manera alevosa se queman documentos comprometedores, de Yacyretá se sabe poco. Y como si eso no fuera suficiente, consejeros y funcionarios arman una trifulca inentendible y vergonzosa.
A casi cien días de gobierno, si yo fuera Lugo, agarro y les echo a todos. A quienes desde dentro de su Gobierno le boicotean, y a todos los inútiles que están jugando con la credibilidad y la esperanza de la gente.