“El contrabando es nuestro problema principal”, señaló Pablo Mauger, presidente de la Asociación de Avicultores del Paraguay (Avipar). Explicó que además de la competencia desleal que significa el contrabando, preocupa la parte sanitaria, que a su vez pone en peligro la salud de los consumidores.
“Hemos llorado por todos lados”, dijo Mauger, refiriéndose a que el gremio ha tocado todas las puertas de las instituciones que deberían dedicarse al control y evitar el ingreso ilegal de carne de pollo, sin obtener respuestas.
Por ese motivo, la opción para ellos es mirar afuera, dijo. “Estamos buscando nuevos mercados. Apuntamos a la exportación porque la frontera no se controla”, manifestó.
Por su parte, Enrique Lampert, presidente de la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Pollo (Appep), reflexionó sobre la importancia del sector teniendo en cuenta las proyecciones.
Recordó que, de acuerdo a datos de la FAO, el pollo será el 43% de la proteína animal que se consumirá a nivel mundial. Teniendo en cuenta esto, también destacó que Paraguay tiene granos, que constituye el 80% del costo de producción del pollo.
Sin embargo, coincidió con Mauger con la propuesta de ampliar la exportación como alternativa al sector. “Actualmente Paraguay exporta pollo por valor de USD 2 millones. Cuando termine este periodo, esperamos que sea por USD 300 millones”, indicó.
Por su parte, el futuro ministro de Agricultura se comprometió a apoyar al sector que históricamente “ha sido desoído por el Gobierno”. Dijo que iba a acompañar los reclamos del sector hacia las instituciones encargadas de frenar el contrabando.
Finalmente, el presidente de la UIP, Gustavo Volpe, recordó que en Diputados ni siquiera se llegó a los votos para tratar un proyecto que tipifica al contrabando como crimen, en lugar de delito. Dijo que el desinterés de los legisladores para tratar este tema es llamativo.