Por Bernardo Agustti
CAAGUAZÚ
A las 23 de ayer se habría pagado el rescate para la liberación de Hirokazu Ota, el policía Rafael Ramos y su novia Nancy Giménez.
El pago, de 300 mil dólares, supuestamente se realizó en la zona de Capitán Cué, Caaguazú, cuando en esa parte del país había una oscuridad total, debido a que no funcionaba el sistema de energía eléctrica.
Al menos 3 vehículos de gran porte ingresaron a un lugar de esa zona y se perdieron en la oscuridad para posteriormente realizar el pago, según confidenció una fuente de la investigación policial.
El negociador, en compañía de otras personas, ingresó hasta un sitio donde habría dejado el dinero y por lo tanto se aguarda una pronta liberación de los secuestrados.
La negociación ocurrió luego de que los allegados a Ota, de la Secta Moon, hicieran un pedido desesperado para que los secuestradores se comuniquen con ellos a los efectos del pago correspondiente.
Los dirigentes de la misma dijeron por todos los medios que ya contaban con el dinero y que dependía de los mismos para que se pueda consumar el acuerdo.
Gerónimo Amarilla, vocero del grupo de allegados al japonés, dijo que debido a la presencia policial de 240 efectivos en Caaguazú la comunicación se había suspendido desde el martes. Ante esta situación, los efectivos policiales dejaron de realizar las barreras y se pusieron al costado de la ruta 7, Gaspar Rodríguez de Francia, a los efectos de evitar seguir con la presión.
PROCEDIMIENTO DESATINADO. La medida de la Policía, la de ir hasta el Caaguazú con un grupo de élite y todos oficiales, fue un procedimiento errático y eso se demostró cuando la misma Policía tuvo que replegarse ante la acción que ponía en riesgo la vida de los 3 secuestrados.
Luego del llamado público que hicieron los dirigentes de la Secta Moon en Paraguay a los secuestradores, para reiniciar el diálogo, y la suspensión del procedimiento de control y rastrillaje por parte de la Policía, se dio vía libre para que nuevamente se reactiven las conversaciones como aparentemente ocurrió en la tarde de ayer.
El secuestro de 4 personas había ocurrido el 1 de abril del año en curso en el kilómetro 185 de Caaguazú en la ruta 7, donde también en aquella ocasión, aparte de Ota, Ramos y Giménez, fue víctima Sawako Takayama, quien posteriormente fue liberada por sus captores. Esta presuntamente trajo un número de teléfono por medio del cual debían contactar los negociadores de las partes, tanto de las víctimas como de los secuestradores.
Sawako Takayama, desde aquella ocasión en que la misma regresó a su casa, no realizó declaraciones de ningún tipo a los medios de prensa, pero se desconoce en realidad si lo hizo a la Fiscalía.
Un cadáver causó gran susto
en Caaguazú y movilizó a todos
El hallazgo de un cadáver en la ciudad de Caaguazú, ayer al mediodía, movilizó a todas las fuerzas policiales de la zona. Los uniformados creyeron que se trataba del cuerpo de una de las víctimas del plagio.
En horas de la tarde se comprobó que la identidad del fallecido es Ignacio Figueredo, nacido en el año 1963.
El hallazgo del cadáver se produjo debajo de un puente ubicado en el kilómetro 172 de la ruta 7. Inmediatamente fueron al lugar efectivos de la Policía, ante la posibilidad de que se trate de uno de los secuestrados.
El cuerpo se encontraba putrefacto y tenía una descomposición de aproximadamente diez días.
En horas de la tarde, los familiares de Figueredo identificaron el cadáver, por lo que se dispuso la entrega del cuerpo a los allegados.
Los familiares de Rafael Ramos vivieron momentos angustiosos, pero al final suspiraron al enterarse de que no se trataba del uniformado.
“Hay financistas del delito”
Existen financistas del delito de secuestro, afirmó ayer el fiscal general del Estado, Rubén Candia Amarilla.
“Lastimosamente puedo afirmar que se ha constituido una red de delincuentes que se instaló en el Alto Paraná”, señaló el fiscal general.
Agregó: “´Empresarios´, alimentan este tipo de actividades (secuestro)”. El fiscal no dio nombres de quiénes son los financistas del actual plagio.
“En el mundo delictivo, estos empresarios tienen un cierto ropaje de legalidad y entran en el submundo de la delincuencia, para tomar el poder”, afirmó.
Sostiene que están realizando una buena labor en el caso. “La Fiscalía hace el mayor de los esfuerzos para rescatarlos con vida y luego atrapar a los responsables”, dijo.
Al ser consultado, por qué no son detenidos los responsables, respondió: “Tenemos la identidad de los sospechosos, pero es muy complejo llegar a los cerebros”.
Cree que los “cerebros” del plagio se encuentren lejos del lugar del cautiverio.
Aseguró que la opinión pública al conocer la orden de captura no pone en peligro la vida de las víctimas.