En la sesión extraordinaria de ayer se mostraron posturas divididas, y la votación estuvo muy reñida, ya que se sancionó la versión del Senado con 41 votos, mientras que quedó atrás el texto de Diputados, que tuvo 36 votos.
La versión de la Cámara Baja, que modificaba el documento del Senado, buscaba la emisión de bonos por USD 25 millones para uso exclusivo del MAG, el cual debía destinar estos fondos para el desarrollo de programas productivos y de asistencia al sector campesino, dejando solamente USD 1,5 millones para transferencias directas a organizaciones campesinas, cuestión que al final se rechazó ayer.
En la sesión, la diputada Kattya González (PEN) denunció la existencia de una “lógica prebendaria” con respecto al fondo del préstamo para los campesinos, y aseguró que solo servirá para “saciar la voracidad política”.
Agregó que se debe reanalizar la cuestión agraria con la participación de expertos y no se debe dejar solo en manos de políticos, involucrando al campesino “te’eté”, separándolo del campesino operador o de “gua’u”, que solo busca sacar una tajada.
La mayoría de los parlamentarios coincidieron en conceder ayudas al campesinado, previos mecanismos de control para evitar el despilfarro de los recursos.
Sin embargo, algunos manifestaron la importancia de la asistencia al sector campesino, y enfatizaron que no están en contra del sector, pero sostuvieron que deben evitarse las transferencias directas a las organizaciones donde la ayuda solo van a los líderes, sin efectivamente llegar a las familias que requieren la asistencia. Varios diputados exigieron que “no se haga vito” con el recurso del Estado, y propusieron seguir una serie de requisitos para efectivizar el apoyo a los campesinos. Pese a que se votó a favor de las transferencias directas, se manifestaron en contra de ese mecanismo, y pidieron la correcta ejecución de los fondos para evitar casos de corrupción.