Por Miguel Ortiz Granada - mortiz@uhora.com.py
La polarización brutal que existe hoy en la sociedad nacional, producto del juicio político y la destitución de Fernando Lugo, puede dejar varias consecuencias traumáticas, cuando menos por cierto tiempo, para los paraguayos. El nivel de discusión sube de tono, o cuando menos se mantiene alto pese al paso de los días, y parece que no se detendrá por unas semanas más. La crispación está tan cerca y los grados de intolerancia se encuentran cercanos al punto límite.
Las posiciones están tan tomadas que hasta sorprenden manifestaciones de personas tenidas como muy sensatas, las que se suman a quienes expresan intolerancia absoluta. Quienes podían tener voz calma y ayudar a apaciguar los ánimos encendidos ayudan a crispar más la atmósfera social.
Una de las primeras consecuencias de esta crispación y polarización puede impedir una investigación a fondo de la matanza de Curuguaty, ese infausto episodio que culminó con 17 muertos y que marcó el inicio del fin de la presidencia de Fernando Lugo.
Tres semanas después del fatal enfrentamiento, no hay aún informe inicial siquiera sobre la matanza en sí. Ni decir sobre sus posibles causas.
Si las muertes de policías y campesinos no fueran suficiente argumento para colocar el mejor empeño en las investigaciones, se debe tener en cuenta que Curuguaty encierra en sí misma la clave para entender algo más sobre las consecuencias políticas que devinieron desde esa mañana de junio en Canindeyú.
Desentrañar qué y por qué ocurrió esa balacera, esa masacre, podrá aportar elementos claves para entender más profundamente todos los escenarios que desembocaron en la destitución de Fernando Lugo.
No importa del lado de la discusión política en que se encuentre; todos los paraguayos debemos presionar para que las investigaciones sobre la masacre avance y muestre fidedignamente lo acontecido en Campo Morombí.
Determinar qué pasó y a partir de ahí buscar responsables es una tarea clave en este momento de la historia nacional, dada la tremenda consecuencia que dejó: nada menos que la interrupción de un mandato presidencial y la consecuente polarización de la sociedad paraguaya.
Una forma de acercar las posiciones será, sin dudas, saber qué estuvo atrás de lo que ocurrió realmente en Curuguaty.