Agentes penitenciarios ingresaron de forma sorpresiva al Pabellón B Baja e ingresaron en una de las celdas donde hallaron un pozo donde estaban depositadas las evidencias.
La actitud sospechosa de las personas privadas de libertad ubicadas en el lugar llamó la atención de los funcionarios penitenciarios, quienes activaron un protocolo de monitoreo, reveló el Ministerio de Justicia, a través de un informe que fue dado a conocer ayer.
El hoyo se cavó debajo de una de las camas de los internos.
Cuando los intervinientes lo revisaron, se encontraron con 97 botellas de caña de una marca paraguaya, así también con armas blancas: cuchillos y estoques de fabricación casera.
Las botellas de caña ingresan de forma irregular y son revendidas luego entre los internos, a precios exorbitantes.
Fuentes penitenciarias indicaron que se articulan acciones en todos los establecimientos penitenciarios del país, por lo que los procedimientos sorpresivos continuarán realizándose con el fin de incautar objetos de uso prohibido en un recinto penal.