29 mar. 2024

Reeditar prácticas stronistas no ayuda a mejorar la democracia

El masivo acto realizado por el Comando de Funcionarios Colorados con el candidato presidencial Mario Abdo Benítez hace recordar el totalitario arreo de trabajadores del Estado, identificados con el partido del Gobierno, que resultaban comunes durante la dictadura del general Alfredo Stroessner. Las imágenes de tanta gente peleando por retirar una bandeja de asado con mandioca habla poco de la dignificación del funcionario público y está lejos de una necesaria distinción entre el Estado y el partido. Reeditar estos ritos no ayuda a mejorar la democracia y solo alimenta los temores de quienes temen el regreso de algunas prácticas del régimen stronista.

Las imágenes difundidas por los medios de comunicación, que mostraban a miles de personas atropellándose por retirar una bandeja de asado con mandioca, más que por participar de un acto político, trajeron lamentables recuerdos para quienes han vivido los años de la dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1979), en que era común arrear a los funcionarios públicos con pañuelos colorados al cuello, para mostrar un supuesto apoyo, a cambio de un poco de comida y bebida.

Además de resultar humillante para los trabajadores públicos, una situación así lleva a identificar forzozamente a las reparticiones del Estado –donde el servicio público debe prestarse a toda la población, sin distinciones de colores y sectores políticos– con el partido que se encuentra en función de gobierno, en este caso el Partido Colorado.

Un acto multitudinario, como el que se realizó en la noche del martes en la sede de la Asociación de Funcionarios del Banco Nacional de Fomento, ha tenido el propósito de demostrar fuerza electoral a favor del presidenciable colorado Mario Abdo Benítez y de los demás candidatos del partido, pero ello tiene un efecto dudoso, ya que muchos funcionarios concurren presionados por sus jefes y ante el temor de sufrir represalias o perder sus puestos de trabajo.

La caricatura de que los funcionarios colorados eran arreados en época de Stroessner a cambio de provisiones de vaca’i (latas de carne en conserva) con galleta y aguardiente de caña, parece tener una versión más moderna con el servicio de cátering de una conocida empresa gastronómica proveedora de asados, pero envuelve el mismo concepto utilitario y prebendario de manipular las necesidades del elector, antes que confiar en su conciencia cívica y en su libertad para elegir.

Los otros puntos cuestionables incluyen el gran monto de dinero invertido en la organización del evento y la falta de transparencia acerca del origen de los fondos para pagarlo. El candidato respondió que los costos se pagaron a través de la autogestión, sin brindar cifras, pero los medios sostuvieron que tan solo a la empresa que preparó el asado se le abonaron 180 millones de guaraníes, y que, según el dirigente Beto Melgarejo, uno de los organizadores, parte del dinero fue aporte de la Itaipú Binacional, un dato que debe ser debidamente aclarado, ya que implicaría una total irregularidad.

Más allá de los detalles del caso, lo ocurrido debe llamar la atención de los dirigentes, principalmente del oficialismo. Reeditar este tipo de ritos, que ya debían haber sido superados por un ejercicio político más civilizado, no ayuda en nada a mejorar la democracia. Por el contrario, solo alimenta los temores de quienes temen el regreso de algunas prácticas dictatoriales, teniendo en cuenta que el candidato colorado es hijo de uno de los principales dirigentes del stronismo. Es un recelo que debe ser rebatido con una acción política diferente.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.