28 mar. 2024

Raíces de la sorpresiva crisis que vive actualmente la economía argentina

AFP, EFE y REUTERS

BUENOS AIRES - ARGENTINA

La crisis cambiaria que sufrió Argentina el mes pasado tomó a muchos por sorpresa, explica el economista y premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, y agrega que en realidad, a partir de diciembre de 2015, el Gobierno argentino hizo una serie de apuestas arriesgadas que aumentaron la vulnerabilidad del país, pero no estaba claro cuándo llegaría el día de la prueba para la economía argentina. Cuando llegó, Argentina no superó el examen.

Cuando a fines de 2015 el presidente Mauricio Macri asumió el cargo, Argentina tenía una serie de desequilibrios macroeconómicos que resolver.

Las primeras medidas incluyeron la eliminación de controles cambiarios y de capitales y la reducción de retenciones (impuestos) a las exportaciones de materias primas. Además, el país recuperó el acceso a los mercados financieros internacionales, tras alcanzar un acuerdo con los “fondos buitres” en relación con una disputa por deudas que duró más de una década.

El Gobierno adoptó una nueva estrategia macroeconómica basada en dos pilares: reducción gradual del déficit fiscal primario, y un ambicioso régimen de metas de inflación que presuntamente debía limitar el aumento de precios a una tasa de un solo dígito en solo tres años.

En vez de eso, Argentina sufrió estanflación en 2016, seguida por una recuperación basada en endeudamiento en 2017. Eso llevó a un veloz aumento de las importaciones que no fue de la mano de un incremento proporcional de las exportaciones, lo que acrecentó el déficit de cuenta corriente al 4,6% del PIB y sembró dudas sobre las virtudes de la nueva estrategia.

Entonces, hace unas semanas, los mercados dejaron de aplaudir, las expectativas empeoraron y los capitales huyeron. Solo en las tres primeras semanas de mayo, el peso se devaluó 19% en relación con el dólar estadounidense.

La crisis cambiaria reveló finalmente las vulnerabilidades de Argentina. A futuro, el país estará expuesto a diversas fuentes de riesgo. En primer lugar, el stock remanente de Lebac sigue siendo grande, y cada vez que venza una fracción significativa de esa deuda, Argentina estará a merced del humor de los mercados financieros.

Seguir reduciendo las retenciones a las exportaciones de soja, como anunció el Gobierno de Macri, sería sin duda un error, ya que aumentaría el déficit y beneficiaría a un sector que ya obtiene rentas.

Un cambio de políticas macroeconómicas no es condición suficiente, pero sí necesaria para que Argentina ingrese a un sendero de desarrollo económico inclusivo y sostenido.

Al comienzo del Gobierno de Macri, hubo advertencias de que había elegido una estrategia muy arriesgada. Por desgracia, fueron ignoradas. La estrategia que recomendamos también tiene sus riesgos, pero estamos convencidos de que ofrece un camino viable y más prudente.