Zulma Rivas llegó ayer de España después de dos años, al igual que muchos compatriotas tomó la difícil decisión de dejar a sus hijos para ir en busca de un futuro mejor. Su esposo y sus hijos con lágrimas en los ojos la recibieron. Carla, su hijita, principalmente no paró de llorar. “Estoy feliz porque vino mi mamá, la extrañaba mucho”, dijo.
La larga espera en el aeropuerto, además de generar tensión en los familiares que aguardaban, hizo que se aceleraran las emociones, algunos lloraron, otros rieron, pero al fin y al cabo todos terminaron felizmente y hasta olvidaron la mala atención que se tiene en el aeropuerto internacional paraguayo.