“Magdaleno Silva es el único caudillo de tipo clásico que queda en Concepción. Es tipo ‘El Padrino’, todos los que van a él siempre reciben una ayudita. Muchas personas le aprecian por responder a sus necesidades, viven bajo su sombra aunque hayan recibido medio kilo de galleta”, retrata el obispo de la región, monseñor Zacarías Ortiz.
Con mucha crudeza y valentía, el prelado cuenta que “Silva se hace sentir a nivel de las instituciones públicas, hospitales, escuelas, salud pública, sobre todo en época de las elecciones, cuando todo el mundo tiembla, porque no sabe si habrá cambios en los cargos, pues estos se realizan de acuerdo a su conveniencia política. El es un punto nefasto en el departamento”.
Sin embargo, el obispo reconoce que el caudillo colorado ha perdido influencia en los últimos meses, debido a las denuncias que lo involucran, especialmente sobre la desaparición del periodista Enrique Galeano.
“Se calmó un poco más. Se ha visto bastante atacado, al ser vinculado a narcotraficantes de la zona, pero creo que él es incurable. Su poder se ve acrecentado al vérsele con el presidente Nicanor Duarte Frutos, no solo en su cumpleaños, sino cuando viene acompañado por Víctor Bernal, de Itaipú, a dar migajas. El fuerte de Silva es que es amigo de Nicanor”, destaca.
MAFIOSOS. Los casos de personas asesinadas o desaparecidas, como el del ganadero Félix García o del periodista Kike Galeano, siguen sin esclarecerse, causando alarma a la población, apunta el obispo. “Nada se sabe de estos casos, ni de otras 50 personas asesinadas o desaparecidas. Aquí no corre la justicia, la gente tiene miedo”, refiere.
“Aunque no se dice en voz alta, se murmura que la manga de mafiosos de Concepción y Pedro Juan trabajan con manos sueltas, amparados. Los narcotraficantes que aparecen en esos famosos carteles como personas buscadas son un ejemplo, ya que los ‘buscados’ se pasean tranquilamente, viendo sus propias fotografías”, agrega monseñor Zacarías.
Con respecto a los líderes liberales que gobiernan en Concepción, el obispo destaca que “parecen más honestos, no se escucha que hayan dejado las arcas vacías de un municipio, o que hayan aumentado enormemente su fortuna personal”.
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