También dispuso seguir realizando “pruebas” con él, “incluso en condiciones de combate, en función de la situación y la índole de las amenazas para la seguridad” de Rusia.
Mientras, Ucrania reconoció en la víspera que las tropas rusas avanzaban rápidamente en el este del país, al día siguiente de que Moscú lanzara un nuevo misil balístico hipersónico y amenazara a las potencias occidentales.
Putin confirmó que, en respuesta a bombardeos ucranianos con misiles occidentales, Rusia había disparado su nuevo artefacto, sin carga nuclear, contra un emplazamiento militar en Dnipró, en el centro-este de Ucrania.
Advirtió además que el conflicto en Ucrania había cobrado un “carácter mundial” y responsabilizó a las potencias occidentales de la escalada, amenazando con golpear a los países que suministran a Kiev armas empleadas para atacar Rusia.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reclamó a sus aliados la entrega de nuevos sistemas de defensa antiaérea.
Estados Unidos autorizó el domingo pasado a Ucrania el uso de sus armas para atacar territorio ruso, pese a las continuas advertencias de Moscú, que esgrimió la amenaza nuclear.
Kiev reclamaba esta autorización desde hacía tiempo, con el objetivo de atacar las bases desde las cuales Rusia bombardea Ucrania.
Sus aliados, sin embargo, le denegaban el permiso por temor a la reacción de Moscú, que lo presentaba como una línea roja en la guerra que se inició con la invasión rusa de Ucrania, en febrero de 2022.
La OTAN y Ucrania mantendrán el martes en Bruselas una reunión para analizar la situación, de la que Kiev espera decisiones “concretas” de sus aliados. AFP