Dos muertos, al menos seis heridos y 37 detenidos es el saldo provisional de una violenta huelga que paralizó ayer la región peruana de Áncash, en protesta contra el gobierno del presidente Alan García.
Durante la primera jornada del paro, de 48 horas de duración, murieron un hombre de 19 años, identificado como Marvin González Castillo, que recibió un balazo durante un enfrentamiento con la policía en la región de Cascajal Derecho, y una mujer de 66 años, señaló la emisora Radio Programas.
La mujer, Iris Gil Tirado, sufrió un paro cardíaco mientras permanecía en un autobús detenido por el bloqueo de la carretera Panamericana Norte, donde se han denunciado ataques a unos 50 autobuses y asaltos a los pasajeros.
La huelga, convocada por el Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo de Áncash y respaldada por el presidente regional, César Álvarez, también ha dejado al menos seis heridos y 37 detenidos, informaron medios locales.
Los organizadores del paro exigen una mejor distribución del canon minero (impuesto que pagan las empresas al Estado por la extracción de recursos), la transferencia al gobierno regional del proyecto hidro-energético Chinecas, actualmente en manos del municipio del Santa, y la culminación de la carretera Huaraz-Casma, entre otras demandas.
Los mayores enfrentamientos se registraron en cercanías del municipio del Santa, mientras que la policía logró despejar la Panamericana a la altura del distrito de Nuevo Chimbote, en Lacramarca y Villa María.
En Nuevo Chimbote, unas 1.500 personas quemaron neumáticos y arrojaron piedras contra los vehículos y las fuerzas de seguridad. En Huaraz, la capital de Áncash, unas 3.000 personas se manifestaron de forma pacífica en la plaza central de la ciudad, mientras que los comercios permanecieron cerrados a lo largo de la jornada, relató a Efe una fuente policial. Otro medio millar de personas se manifestó en la localidad de Casma, donde no se registraron altercados, agregó.
Álvarez, aseguró hoy, en una entrevista con Radio Programas del Perú (RPP), que el paro cuenta con “el total respaldo de la población” y anticipó que si el gobierno de García, que esta semana trasladó su despacho a la norteña región de Piura, no atiende sus reclamos, se iniciará un paro regional indefinido.
El primer ministro peruano, Jorge del Castillo, culpó a Álvarez de crear “una división que no tiene sentido”, tras recordar que “más de un centenar de alcaldes de todo el departamento de Áncash” se opone a la movilización.
“Me parece un craso error gobernar con paralizaciones cuando lo que sobra es dinero”, puntualizó del Castillo a RPP, en alusión al polémico canon minero.
Desde que comenzó su segundo mandato, el pasado 28 de julio, García ha enfrentado varias protestas en zonas mineras y petroleras, así como en los valles donde se cultiva hoja de coca.
En marzo pasado los campesinos bloquearon la principal carretera de la selvática provincia de Tocache, en el noreste peruano, en protesta contra el programa gubernamental de erradicación de los cultivos de hoja de coca, y ahora amenazan con retomar sus protestas.
En el comienzo de su gobierno García enfrentó durante varias semanas bloqueos de vías en la localidad de Combayo (norte), en protesta contra las actividades mineras en Yanacocha, el yacimiento aurífero más grande de Latinoamérica.
Las empresas mineras se comprometieron el año pasado a entregar un aporte voluntario de 2.500 millones de nuevos soles (más de 776 millones de dólares) durante los próximos cinco años para aliviar la pobreza que afecta a más de la mitad de los peruanos.
Las buenas cifras macroeconómicas de Perú, que crece a un ritmo superior al cinco por ciento anual, se debe fundamentalmente a los altos precios de los minerales en los mercados internacionales. - (EFE)