Los agricultores están aplicando en las zonas de cultivo cal agrícola y al mismo tiempo realizan tareas para controlar las malezas, de manera que la tierra esté lista para la siembra de soja que arranca en setiembre.
El presidente de la Asociación de Productores de Soja y Oleaginosas (APS), Eno Michels, explicó que en algunos casos se debe hacer una descompactación de suelo, cuya desventaja radica en la ausencia del sistema de siembra directa.
Las decisiones sobre los insumos no son improvisadas, se basan en un análisis de acidez (ph) que realizan los laboratorios y que se aplican con una tecnología de precisión.
Actualmente las tareas se centran en las parcelas que se van liberando con la cosecha de maíz zafriña. Los restos de la planta quedan sobre la superficie como rastrojos y son un elemento fundamental en la siembra directa. De acuerdo con Michels, el 97% de la superficie cultivada está bajo este sistema; de hecho, Paraguay es líder en esta práctica que mostró buenos resultados en cuanto a la sostenibilidad y rendimientos.
Sobre la preocupación de abastecimiento de insumos, que el mismo Ministerio de Agricultura y Ganadería manifestaba, la APS comentó que hay tranquilidad porque los productos ya están en las fincas o en tránsito.
En cuanto a los costos de producción, hay varias estimaciones. La última advierte que subió de USD 600 a incluso USD 1.000 por hectárea.
Precios. En la Bolsa de Chicago la soja sigue bajando; ayer cerró con USD 507 por tonelada.
Según Michels, la cotización se moverá dependiendo del desempeño de la cosecha de Estados Unidos en setiembre y de la siembra en Sudamérica, que se realiza en el mismo mes. A mayor oferta de granos, los precios irán bajando.
Los trabajos en el campo no paran. Mientras se cosecha el maíz zafriña y el trigo se desarrolla, las superficies desocupadas reciben tratamiento para la campaña sojera de recuperación.
La cosecha de maíz llega a su última etapa
Alrededor de un 80% de la superficie de maíz zafriña se cosechó hasta el momento. Todo apunta a que los trabajos terminarán la próxima semana.
Los pronósticos de lluvia podrían atrasar un poco la marcha de las maquinarias pesadas, pero la APS igualmente estima que la recolección terminará según el cronograma proyectado.
Hasta el momento las perspectivas se mantienen en una producción de 6 millones de toneladas, por encima de las 3,5 millones que la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas había registrado en el 2021.
Si bien hay problemas en la calidad, los productores manifiestan que los granos ardidos se distribuirán entre las cargas de primera calidad, teniendo en cuenta el límite de 10% de presencia de maíz de segunda calidad.