Sixto Galeano, de 38 años, soportó una hora de penurias en la vereda del Hospital de Clínicas luego de que el lunes le informaron que debía retirarse de la sala B, en la que estuvo internado durante siete días con un complicado cuadro de cardiopatía dilatada y retención de líquido.
El argumento fue que ningún familiar cubría los gastos de internación y medicación.
Esa noche tuvo una descompensación y encontró apoyo en los familiares de los otros internados y de personas que trabajan en la farmacia María de Jesús que se encuentra en la zona. “El hijo del propietario me pagó el taxi y me trajeron hasta aquí", comentó en Urgencias de Emergencias Médicas.
“Me dijeron que me vaya, que estaba ocupando un lugar en el hospital”, explicó más aliviado. Apenado comentó que los dos últimos días ya no le tomaban la presión y ningún enfermero se acercaba a atenderlo. “Me sentía muy agitado... me sentía muy mal”, recordó.
Ahora el paciente espera volver a su casa del barrio Laurelty de San Lorenzo y apela a la solidaridad de las personas, ya que requiere de medicamentos costosos de su tratamiento y que no tiene los recursos para cubrir.
“No sé que voy a hacer porque estoy sin trabajo y sin nadie que me ayude, mis padres ya fallecieron y no tengo hijos”, explicó. Contó que anteriormente que trabajaba como albañil y cuidaba la vivienda de una familia, actividad que se vio obligado a abandonar por su enfermedad.
En Clínicas nadie supo explicar el motivo de lo ocurrido con el paciente Galeano ni por qué tuvo que abandonar de manera forzosa el hospital sin tener un diagnóstico del estado de su salud.
Entre los medicamentos que necesita el paciente se encuentran Epironolectona, que utiliza para la tensión de líquido que le afecta el abdomen, siendo este el más costoso.
Para las personas que deseen colaborar con el señor Galeano pueden contactar al teléfono celular 0981 882670.
Servicios saturados
El director médico de Emergencias Médicas, doctor Alberto Cardozo, explicó que desde las fiestas de Navidad y Año Nuevo la capacidad del lugar se ve rebasada por la cantidad de pacientes que son derivados de otros centros asistenciales. “Se ve que no programan las vacaciones y todos los pacientes son derivados acá. Todos saben que acá a nadie se le rechaza, pero estamos saturados”, afirmó. Agregó que una de las mayores preocupaciones apunta a la falta de respiradores para los internados, “solo tenemos catorce y hacemos magia para conseguir otros prestados”, manifestó preocupado. Cardozo aseguró que los médicos están, pero que ante la demanda de ingresantes los servicios –sobre todo el de terapia– se encuentran saturados.