Un policía utilizaba como base de operaciones la oficina de guardia del Departamento de Control de Automotores para extorsionar a una brasileña con la promesa de devolverle la camioneta que se le robó del estacionamiento de un supermercado fernandino.
El agente, Hugo César Ferreira Giménez (26), oficial segundo, quien presta servicios en Automotores, exigió la suma de 2.500.000 guaraníes a Rita Penayo Neves, a quien llamó en reiteradas ocasiones con el propósito de sacarle el dinero, pero al final fue identificado e imputado por la fiscala Lisa Domínguez, de la Fiscalía de Fernando de la Mora, bajo el cargo de cohecho pasivo agravado en grado de tentativa.
Ferreira Giménez, al ser individualizado como el chantajista, reconoció ante sus superiores haber hecho las llamadas extorsivas, por lo que fue arrestado y remitido por ocho días en la Agrupación Especializada.
El hecho fue manejado con mucho hermetismo tanto por el jefe de Control de Automotores, comisario principal Nery Rojas, como por el propio comandante de la Policía Nacional, comisario general Fidel Isasa.
Según consta en la carpeta fiscal, el robo de la camioneta Toyota, tipo Furgón, con chapa ATT 220, ocurrió el 13 de abril del año pasado, pero el citado oficial empezó con las llamadas extorsivas el 18 de setiembre último.
EL CHANTAJE. La grave denuncia contra el uniformado no fue suficiente para enviarlo de baja, pese a la imputación fiscal. Tampoco tuvieron en cuenta que el propio denunciado reconoció haber llamado a la víctima.
Anoche, la mujer contó su odisea a Última Hora y Telefuturo, durante una entrevista. La víctima relató paso a paso la mala experiencia vivida.
La primera llamada se concretó el pasado 14 de setiembre, cuando la dueña de casa atendió el teléfono que sonaba insistentemente. En el otro lado del tubo un desconocido le cuenta que tiene su vehículo y que le quería devolver a cambio de una suma de dinero.
Rita Penayo Neves pidió algunas pruebas acerca de las características de su vehículo, a lo que accedió el llamador, quien insistía para conseguir los billetes, pero la afectada se negaba rotundamente.
Pasaron los días y las llamadas seguían en la casa de la dueña de la camioneta, hasta que negociaron. La brasileña aceptó pagar la suma de dos millones y medio de guaraníes, pero pidió ver el vehículo para entregar el dinero.
El chantajista pidió que la mujer deposite una parte del dinero (G. 500.000) en un recipiente de residuos en las inmediaciones del local de Control de Automotores, ubicado en Lambaré, pero la segunda parte (G. 2.000.000) tenía que llevar la hija de la víctima hasta San Lorenzo para poder retirar el móvil.
Sin embargo, la afectada comenzó a sospechar, debido a que la voz del llamador le resultó conocida, hasta familiar, dijo. Entonces, habló con el comisario Pino, de Investigación de Delitos, y chequearon los números de donde se recibían las llamadas. Grande fue la sorpresa cuando se percataron que uno de los números era del propio Automotores y otro de la Intendencia de la Policía, con asiento en la Comandancia.
La investigación siguió su curso y llegaron a identificar al oficial segundo Hugo César Ferreira Giménez como responsable del intento de extorsión. La información fue manejada con mucho cuidado para evitar que se filtre a la prensa, pero al final el hecho saltó a la luz porque la afectada decidió a hablar para contar su historia.