La falta de diversificación de la producción paraguaya y la concentración de su estructura productiva en la agroganadería contribuyen como factor para fomentar la desigualdad, en cuanto a desarrollo humano, de acuerdo con el informe “Equidad para el desarrollo”, lanzado recientemente por el PNUD.
“Los volúmenes de producción primaria, su remuneración y los ingresos de los hogares dedicados a esta actividad varían año tras año. Tampoco los ingresos relativamente estables, si pierden poder adquisitivo, podrán impedir el agravamiento de las desigualdades”, expresa el documento.
Los sectores consignados destinan gran parte de su ingreso a la compra de bienes de primera necesidad: el 20% más pobre de la población gasta en promedio un 65% de sus ingresos en alimentación, mientras en el extremo opuesto (el 20% más rico) sólo emplea el 33% al mismo fin, tal como lo refiere el documento.
El mismo concluye con que este tercio de sus ingresos llega a alimentarse mucho mejor que los pobres que gastan dos tercios en alimentación, pobre en cantidad y calidad.
“Una de cada tres personas económicamente activas trabaja en la agricultura, ganadería, caza o pesca. Así, es difícil generar un proceso de crecimiento de calidad, con poca estabilidad de ingresos, lo que constituye una de las más importantes fuentes de desigualdad”, asegura el informe en cuestión, para el que las desigualdades en el país son un problema moral.