Al igual que este arroyo, otros cauces y ríos también soportan las descargas directas de contaminantes ante la falta de suficiente infraestructura sanitaria a nivel país.
Cobertura. Los indicadores de cobertura de alcantarillado sanitario con redes cloacales, en funcionamiento, es apenas para el 14,3% de la población total. En tanto, que la cobertura de los sistemas de tratamiento solo llega al 4,2%, según el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Erssan). Las obras públicas en proceso, como en Asunción y San Lorenzo, contribuirían en cierto porcentaje al incremento de cobertura.
Para el ingeniero Roger Monte Domecq, experto en hidrología, es necesario que las futuras inversiones para plantas de tratamiento ya sean a nivel secundario y terciario que se encargan de una depuración más compleja, a diferencia de la planta del Varadero y de la zona de Bella Vista, en capital.
“Se requieren de inversiones muy importantes para pasar a un tratamiento secundario. Eso debe ser foco de una política de Estado, asegurar esos recursos”.
Asunción, señaló, va a seguir otros 10 años sin mucho cambio. “Lo que se asume es que el río Paraguay, por su caudal, tiene una capacidad para auto depurar el efluente. Pero con la sequía eso también está en duda. Estamos entrando en el tercer año consecutivo de un periodo de sequía”.
Suelo y cauces. Otro hecho que manifestó que es preocupante es la alta urbanización en la zona metropolitana que requiere servicio de saneamiento. “Ante la ausencia de una red pública se construyen soluciones individuales como pozo ciego o cámara séptica y eso infiltra en el suelo. Y donde hay recolección cloacal va a un arroyo, como el Paso Carreta de Luque, y eso implica un riesgo para la salud pública”.
Comentó que mientras en Ciudad del Este recién ahora se proyecta el tratamiento de efluentes de una parte del microcentro, cuya la recolección cloacal se vierte de manera directa al río Paraná, en la ciudad brasileña vecina, Foz de Yguazú, hace más de 20 años se tiene un tratamiento secundario y terciario para luego lanzar al cauce.
Hay que asociar el saneamiento con la salud pública. El tratamiento de efluentes en el país debe ser una política de Estado.
Roger Monte Domecq,
ingeniero.