Indicó que el Alto Paraná depende del comercio internacional y que considerando la programación del Gobierno ante la crisis, las fronteras se estarían abriendo recién en seis meses, mientras tanto, la población de la zona no tiene qué comer, por lo que pidió alternativas.
Bajo la misma línea, el diputado independiente Jorge Brítez se mostró preocupado por las repercusiones económicas del paro comercial e insistió en la reapertura de las fronteras y la reactivación y vuelta a la normalidad.
Puso en duda la crisis sanitaria y hasta las muertes provocadas en el mundo a causa del coronavirus y concluyó que existe una gran manipulación para enriquecer a un sector.
“Alto Paraná pide trabajo, ya no encerrarse en la casa, volver a la normalidad, quiere trabajar”, expresó.
En tanto que varios colegas, como Walter Harms, le trataron de irresponsable por sus dichos, haciendo referencia a la cifra alta de muertes en el mundo y apuntó que no se puede desprender ese tipo de expresiones de la Cámara de Diputados.
Brítez se quejó del confinamiento y aseguró que no se puede esperar a tener camas para salir, ya que el sistema de salud pública siempre estuvo colapsado en Paraguay.
Por su parte el liberal Édgar Ortiz, se pronunció también sobre la situación de la frontera, pero en su caso, en la zona que linda con Argentina, en el Departamento de Itapúa.
Mencionó que los pobladores están pasando muy mal por la falta de movimiento comercial y que en los barrios se recurre a las ollas populares, pero que no se sabe hasta cuándo estarían aguantando.
Ortiz está imputado por violación a la cuarentena y por resistencia.