La muerte de cuatro ñandúes del Zoológico en la madrugada de ayer, a causa de un nuevo ataque de una jauría de perros, motivó la orden de la intendenta Evanhy de Gallegos de disponer una guardia nocturna y mejor iluminación del lugar, y la urgente instalación de la valla de seguridad del predio de 250 hectáreas.
Un quinto animal quedó gravemente herido y fue asistido inmediatamente por el veterinario Carlos Britos.
El pasado Viernes Santo se produjo una arremetida similar, donde varios canes mataron a un ejemplar de esta especie de ave chaqueña y nueve gansos.
La actual administradora del Municipio capitalino, a quien pertenece el Jardín Botánico, solicitó al jefe de Seguridad de la Comuna, comisario (SR) Pedro Contreras, la vigilancia de al menos diez agentes armados en este sitio.
Asimismo hizo intervenir a la perrera municipal, la que logró capturar a diez perros, muchos de los cuales aún tenían restos de sangre en sus mandíbulas.
La preocupación de las autoridades municipales, entre ellas el director del Zoo, doctor Virgilio Fernández, se centra en la existencia de otros especímenes valiosos en este sitio, los cuales pueden correr igual suerte y causar perjuicios al patrimonio de la institución.
Un total de 25 agujeros que se utilizan para el ingreso clandestino de personas deben ser cerrados en toda la zona.