Dramas cotidianos que no están en la agenda de las autoridades, no forman parte de sus prioridades y se desdibujan, porque tampoco tienen mucho impacto mediático, pero que merecen ser enfatizados, ya que impactan en comunidades altamente indefensas: la falta de agua (derecho humano inalienable) en el Chaco para comunidades originarias y localidades alejadas, por causa del mal funcionamiento del acueducto; y el viacrucis de los indígenas que acampan por extensas jornadas frente al local del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi)
El círculo vicioso de la pobreza está siempre asociado a escenarios de alta corrupción, ferviente crispación política, grietas varias e inestabilidad institucional al interior de los países que las padecen... y lo notamos diariamente en Latinoamérica.
Se va callando el ruido propio de las fiestas findeañeras y todo da paso a la observación hacia adelante. Aparece en el horizonte una enorme cantidad de pendientes... ¿por dónde empezar? Hagamos un repaso de las prioridades.
En breve arrancará un nuevo ciclo de 365 días en que el país tomará decisiones prioritarias, tales como elecciones generales y negociaciones en torno a Itaipú, con la obligación de defender una tesis beneficiosa al Paraguay, ya que de esa ronda de diálogos dependerá el éxito o la nefasta consecuencia sobre importantes recursos para el desarrollo.
Lo que al inicio de año pudo haber sido una corrección al drama de las horas pico y el tránsito en la ciudad, decantó finalmente en casi nada, para evitar que se siga viajando en la estribera del transporte público
Las políticas públicas no pueden ser aplicadas si no se cuenta con una base científica, que arroje las verdaderas necesidades de la población. Los planes carecerían de resultados acordes cuando el objetivo a corregir no es identificado certeramente, sobre fundamentos cuantificables.
El ámbito local viene cargándose cada vez más con voces públicas de insana disidencia, posturas antagónicas, miradas muy distintas y pareceres abiertamente polarizados, en torno a aspectos y fenómenos de la realidad circundante, mediante adalides que bajan línea y se erigen como detentadores de la verdad absoluta. La vida cotidiana y, sobre todo las redes sociales, reflejan perfectamente estas circunstancias.
A pesar de haber pasado 33 años de la gesta en que el país se abrió a una convivencia democrática y bajaba el telón dictatorial, la sociedad aún convive con mucho déficit para construir una mancomunión en que la tolerancia y el respeto sean ejes transversales.