Peres, de 93 años, se encuentra hospitalizado desde entonces en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Shiba, de la localidad de Tel Hashomer, a las afueras de Tel Aviv.
Fuentes allegadas al veterano político israelí dijeron que ha respondido a instrucciones sencillas de los facultativos, entre ellas, elevar las dos manos.
Su respuesta motriz podría apuntar a que no ha sufrido daños cerebrales en el hemisferio izquierdo.
El domingo los médicos le realizaron un nuevo TAC para analizar el alcance de las lesiones provocadas por el derrame y decidieron reducir la sedación que le administraban en los últimos días.
Después de una primera jornada en la que se informó de que Peres luchaba por su vida, los médicos han mostrado un optimismo reservado y no se ha informado de agravamiento alguno de su situación.
Retirado de la política desde 2014, el exmandatario israelí continúa con respiración asistida.