Recorrer campos chaqueños en mayo, el Mes de la Patria, tiene siempre para mí un sentido especial, cuando siento el calor, la aridez, el fuerte viento norte, trato de imaginar lo duro que fue para esos patriotas vestidos de soldados, que acudieron al llamado de la patria, a pie, cargando pesados pertrechos, mal equipados, y temblando de miedo, y dejaron hasta sus vidas para legarnos, al igual que tantos otros y otras a lo largo de nuestra historia, la patria que tenemos.
Y me viene a la memoria una estrofa del himno del Colegio Internacional en homenaje a alumnos que interrumpieron sus estudios convocados para la defensa del inhóspito Chaco:
Del clarín al guerrero llamado,
Acudieron un día tus hijos a batirse en las selvas ardientes,
Por la Patria ofendida y sangrante.
Hoy disfrutamos de un país libre y soberano, con una fuerte identidad propia, gracias a quienes con patriotismo dieron mucho de sí para ello construyendo la historia. Algunos con sus ideas, sus liderazgos, sus decisiones, otros con sufrimientos, exclusiones y hasta la vida.
Una historia que no está acabada sino en marcha, un país que nos entregaron, y que tenemos que entregar a otros, un país que sigue necesitando defensa y cuidado de verdaderos patriotas para que alguien en el futuro pueda sufrirlo, amarlo y disfrutarlo como lo hacemos nosotros hoy.
Y la siguiente estrofa del himno nos da pistas sobre el patriotismo requerido en tiempos de paz:
Hoy, al pie de tu mástil altivo,
Que saluda al zafiro del cielo
Elevamos un canto que lleva en sus notas vibrantes de fe,
La promesa de andar por las sendas
Que la luz de tu ciencia nos dio,
Esa luz que llevó a nuestras almas...
Sentimientos de paz y de amor.
Y nos invita a transitar hoy por “las sendas que la luz que la ciencia nos da” porque las batallas son otras y vienen de adentro, los atacantes están disfrazados de políticos, empresarios, delincuentes, supuestos revolucionarios que nos quieren hacer creer que son patriotas, pero en realidad usan sus posiciones para su propio beneficio sin importarles el riesgo en el que ponen al país. Malversar fondos públicos, traficar influencias, lavar dinero sucio, hacer contrabando son algunas de las formas de ataque que nos llaman a desplegar un nuevo patriotismo 2.0, cotidiano, rápido, conectado, que parte de valores inamovibles, el compromiso con la verdad y la honestidad, la política como arte de servir, la empresa como motor del progreso de todos.
Es el llamado a los líderes patrióticos para que hoy en medio de sus luchas del día a día para avanzar en un país lleno de trabas, donde las estructuras desayudan, también se ocupen de evitar, impedir y/o rechazar que los avivados se salgan con la suya. Es lo que nos toca.