Los dos grandes partidos españoles, el socialista PSOE y el conservador PP, se afanan en reclamar la concentración del voto de la izquierda y la derecha en las elecciones de 10 de noviembre para acabar con el bloqueo que impidió formar un gobierno después de los comicios del 28 de abril. La entrada en el Parlamento español de dos nuevos partidos en las elecciones de diciembre de 2015, el izquierdista Podemos y el liberal Ciudadanos, abrió un período de inestabilidad política de cuatro años, con cuatro elecciones generales debido la imposibilidad de articular mayorías estables.
Tanto la izquierda como la derecha española están fragmentadas, lo que dificulta que un candidato consiga los apoyos suficientes para que el Congreso de los Diputados le otorgue su confianza para ser presidente del Gobierno.
Es lo que le ocurrió al líder socialista, Pedro Sánchez, que sigue gobernando en funciones después de las elecciones de abril pasado. Según la mayoría de las encuestas, el resultado electoral de noviembre tampoco despejaría la situación, pues serían necesarias negociaciones y combinaciones políticas que se antojan complejas. EFE