La Nota Reversal 6/14 que modifica el Anexo A (estatuto) del Tratado de Yacyretá establece la cogestión paritaria en la entidad, pese a que el documento original fijaba la alternancia en la dirección ejecutiva (máxima instancia de toma de decisiones) cada cinco años. Es decir, el director paraguayo tenía que ocupar el cargo principal cada lustro y así poder controlar el manejo de toda la hidroeléctrica. Sin embargo, en 44 años esto nunca se cumplió puesto que el director ejecutivo siempre fue el argentino.
Ese control ya nunca podrá ser ejercido por Paraguay, puesto que la cogestión crea dos direcciones generales, pero cada una se ocupará solo de su margen y tendrán sus respectivos departamentos. El dato no es menor si se tiene en cuenta que hoy Argentina está adquiriendo el 99% de la energía producida por la EBY. En otras palabras, los argentinos se auditarán a sí mismos, sin que las autoridades paraguayas puedan hacer una auditoría cruzada.
En años recientes, Argentina ni siquiera llegó a pagar en tiempo y forma por la energía comprada de la EBY. Solo se comprometía a abonar con papeles (notas de crédito) y su deuda con Yacyretá llegó a ascender hasta USD 8.000 millones. Esto fue confirmado por el propio Óscar Thomas, ex director argentino de la EBY.
TEMOR. Ramón Montanía, ex consejero nacional de la entidad, detalló que la supuesta cogestión deja en manos argentinas más del 90% de los negocios de Yacyretá (Argentina) y por ende las finanzas de la binacional. Agregó que los ingresos de la parte paraguaya serán insuficientes hasta para cumplir con los compromisos locales y nuevamente se estará mendigando trasferencia de fondos a la Argentina.
“Otro aspecto que se debe tener en cuenta es la construcción de otros importantes proyectos (Corpus, Itatí-Itacorá) que serán inversiones multimillonarias. Con la Nota Revesal N° 6/14 se corre el riesgo de que sean manejadas mayoritariamente por la Argentina, sobrando migajas al Paraguay”, advirtió.