Sosa se reunió este miércoles con miembros de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados para tratar algunos asuntos sobre el trabajo infantil, un campo en el que aseguró que el país está realizando “grandes avances”.
“Paraguay ha salido de la lista negra del trabajo infantil. Organismos internacionales reconocen que estamos avanzando en la erradicación de este flagelo”, dijo el ministro a los medios locales.
Declaró además que la consigna del país es “que los niños tienen que estar estudiando, no trabajando”, y señaló que Paraguay está comprometido en “erradicar las peores formas de trabajo infantil”.
En este sentido, Sosa dijo que el Ministerio de Trabajo inspeccionó varios lugares donde se habían recibido denuncias por trabajo infantil, como el aeropuerto internacional Silvio Pettirossi de Asunción.
También se refirió al caso de las canteras de Vallemí, en el norte del país, donde se detectaron presuntos casos de niños que trabajaban cargando sacos de cal, una situación que “no corresponde”, según Sosa.
Agregó que el Ministerio vigila además las condiciones laborales en las plantaciones de caña de azúcar de Guairá (centro), para asegurar que el producto, además de ser orgánico, está libre de trabajo infantil.
El ministro también se refirió al criadazgo, una práctica arraigada en el país que consiste en que una familia cede a uno de sus hijos a otra para que le proporcione educación y manutención, a cambio de que el niño se dedique al trabajo doméstico.
Sosa declaró que Paraguay “tiene que trabajar para definir la figura del criadazgo”, a través de “iniciativas parlamentarias e intercambio de opiniones”.
El debate sobre el criadazgo se reabrió en Paraguay a comienzos de este año, después de que la adolescente Carolina Marín, de 14 años, fuera matada a golpes presuntamente perpetrados por el dueño de la casa donde trabajaba, en el departamento de Caaguazú (centro).
Semanas después de la muerte de la adolescente, la Cámara de Diputados expresó su repudio contra el “criadazgo abusivo”, pese a que algunos legisladores argumentaron que no se debe “criminalizar” esta práctica, porque supone una “oportunidad” para familias de escasos recursos.
Cerca de 47.000 menores de edad se encuentran en situación de criadazgo en Paraguay, lo que supone un 2,5 % de la población infantil y adolescente del país, según las cifras de una encuesta oficial de 2011.
Además, un 18 % de las trabajadoras domésticas en Paraguay tiene entre 10 y 19 años, según datos de un informe presentado este martes y elaborado por ONU Mujeres y la Organización Internacional del Trabajo.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) solicita a Paraguay la erradicación de esta práctica, que organizaciones locales consideran una forma de esclavitud.
Además, el Convenio 182 de la OIT, suscrito por Paraguay, incluye al trabajo doméstico entre las peores formas de trabajo infantil.