29 mar. 2024

Para mantener baja la inflación se requieren políticas coordinadas

La inflación es uno de los problemas más graves que puede enfrentar la economía por su importante impacto en la calidad de vida de la población, en la competitividad del país, en la previsibilidad económica e inclusive en el bienestar sicológico. No cabe ninguna duda acerca de la relevancia de poner a esta variable en el centro de la política monetaria. No obstante, los altos costos que conlleva esta política obliga a analizar de manera integral la política económica e integrar las diferentes medidas necesarias que garanticen mantener la estabilidad de los precios al menor costo posible.

Paraguay ha verificado más de una década de crecimiento con estabilidad de precios. Este resultado se dio en el marco de un escenario externo por demás favorable para el país por el incremento de los precios de productos que Paraguay exporta y de las bajas tasas de interés internacionales.

En el ámbito interno, una política macroeconómica ordenada permitió capitalizar el buen escenario externo aumentando el nivel de reservas y manteniendo baja la proporción de deuda externa con respecto al PIB. En este periodo, el costo de la política monetaria fue relativamente bajo.Este es un capital que no debemos despreciar, pero sobre todo, es necesario que lo mantengamos con adecuadas políticas económicas. Las dos más importantes en este caso son la fiscal y la monetaria, que no solo deben ser eficaces en sí mismas, sino lograr una adecuada coordinación para garantizar el mayor impacto al menor costo posible.

No hay que olvidar que cualquier política tiene costos, tanto económicos como de oportunidad. Estos costos siempre son pagados por la ciudadanía de una manera u otra, por lo que así como se evalúan y transparentan otras políticas, la política monetaria debe ser evaluada con rigurosidad y los resultados de la evaluación puestos a disposición de la sociedad. La inflación afecta de manera directa a las personas.

Aunque no comprendan las fórmulas técnicas que hay detrás, la engorrosa metodología para medirla o los vínculos entre los roles que tienen el Banco Central y el Ministerio de Hacienda, la política monetaria debe estar en el debate público igual que la política educativa o la de salud. Cuando aumentan los precios no solo se reduce la capacidad adquisitiva y con ello el nivel y calidad de consumo, sino también se generan percepciones negativas que terminan influyendo en las conductas económicas de mediano y largo plazo, así como en la gobernabilidad democrática.

La inflación limita la posibilidad de reducir la pobreza, ya que esta por definición es la cantidad de personas que no pueden adquirir una canasta de bienes y servicios. Si los precios de esta canasta se elevan, casi automáticamente aumenta la cantidad de personas en situación de pobreza.Pero la política monetaria no es la única que afecta a la inflación.

La política agropecuaria también es relevante en la medida que impulsa la producción de alimentos baratos y reduce la necesidad de importación y con ello de salida de divisas, variable relacionada con los objetivos monetarios.Dados los altos costos de la política monetaria, la estabilidad de los precios debe ser analizada y abordada desde diferentes mecanismos de manera que sus costos no superen los beneficios, sobre todo atendiendo que hay causas internas que requieren políticas más allá de las monetarias.

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