“El Hijo de Dios nació descartado para decirnos que toda persona descartada es un hijo de Dios. Vino al mundo como un niño viene al mundo, débil y frágil, para que podamos acoger nuestras fragilidades con ternura”, expresó en su cuenta de Twitter Francisco, cuya opinión siempre influye en el debate político de Argentina, país donde nació y que no visita desde que en 2013 fue elegido papa.
La Cámara Alta debatía anoche, al cierre de esta edición, un texto legislativo que ya fue aprobado por la Cámara de Diputados el 11 de diciembre pasado y que para salir adelante depende solo del ‘sí’ de la mayoría de los senadores.
DIFERENCIAS. El aborto legal, seguro y gratuito, que genera fuertes diferencias en el seno tanto de los partidos oficialistas como opositores, es una reivindicación histórica de los grupos feministas, conocidos como la “marea verde”, que reclaman aprobar la ley por el derecho de la mujer a decidir y para evitar las muertes de las gestantes en los abortos clandestinos.
El presidente Alberto Fernández se comprometió en la campaña previa a su victoria electoral, en 2019, a enviar un nuevo proyecto.
En el lado contrario, las organizaciones conocidas como “provida” o “celestes” promueven el derecho a vivir de la mujer y del niño por nacer, con “políticas de salud más humanas y efectivas”.
POSTURA. Asimismo, la Iglesia Católica es una de las principales detractoras de la ley e impulsora de marchas en su contra.
La semana pasada, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) criticó en su mensaje de Navidad la “febril obsesión por instaurar el aborto”.
En el documento, los obispos argentinos afirmaban que esta Navidad se da en “un momento histórico” donde se necesita una “ardua reconstrucción” después de “un año difícil”.
“En estas últimas semanas el panorama se ha ennegrecido: la opción política pasó a ser una incomprensible urgencia, una febril obsesión por instaurar el aborto en Argentina, como si tuviera algo que ver con los padecimientos, los temores y las preocupaciones de la mayor parte de los argentinos”, señalaba el texto.
“Esta fiesta (la Navidad) también nos hace pensar en la dignidad de cada vida, nos recuerda cuánto vale un ser humano. El papa Francisco quiso insistirnos en este punto en su última encíclica, de modo que la pandemia no nos deje iguales sino que nos vuelva más apasionados para defender toda vida: la vida de un anciano, de un discapacitado, de un enfermo, de un niño por nacer”, agregaba.
Lo que dice el proyecto
De ser sancionada, la ley permitirá acceder a la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación, y más allá de ese plazo para las madres cuyo embarazo sea fruto de una violación o para las que corra peligro su vida, únicos dos supuestos en los que se permite abortar en la actualidad, según el Código Penal vigente, de 1921.
Un proyecto para legalizarlo fue rechazado en agosto de 2018 por el Senado, por 38 votos en contra, 31 a favor y dos abstenciones. Sin embargo, en esta ocasión las fuerzas están más parejas.