CIUDAD DEL VATICANO
El papa emérito Benedicto XVI, que cumplirá 91 años en abril, escribió en una carta al director publicada en el Corriere della Sera que se prepara para su último viaje.
“En el lento debilitamiento de mi fuerza física, interiormente estoy en peregrinación hacia la Casa del Señor”, escribió Joseph Ratzinger al diario, que le había informado de la preocupación de numerosos lectores sobre su estado de salud.
El Papa emérito se declaró emocionado de que “tantos lectores deseen saber cómo va este último periodo de (su) vida”. “Es una gran gracia para mi estar rodeado en este último pedazo de camino, a veces un poco fatigante, de un amor y una bondad tales que no habría podido imaginar”, escribe.
Desde su revolucionaria dimisión el 11 febrero de 2013, Benedicto XVI vive su jubilación en un pequeño monasterio, Mater Eclessiae, en el Vaticano en compañía de cuatro religiosas y de su secretario personal, Georg Gänswein. Se convirtió en el primer Papa que renuncia en los últimos seis siglos de la Iglesia Católica.
Los último años de su pontificado fueron turbulentos ya que la Iglesia se vio envuelta en escándalos a causa de la conducta moral de muchos sacerdotes y por escándalos financieros en la Santa Sede que obligaron a una fuerte intervención de parte de su sucesor, el papa Francisco, quien intervino el Banco del Vaticano y creó una comisión especial para tratar los abusos cometidos por los consagrados
Este último anunció hace dos años que el Papa emérito se estaba “apagando como una vela, lenta y serenamente”.
Celebra la misa todos los días, reza mucho, recibe visitas dosificadas y responde a un voluminoso correo. Además, escucha los informativos televisados vespertinos y recibe varios diarios católicos así como publicaciones de teología.
“Ya no controla sus manos, no puede tocar el piano, ve muy mal, pero tiene una lucidez perfecta, se acuerda de todo”, describió el año pasado un alto prelado del Vaticano.
El Papa emérito concluye su misiva agradeciendo a todas las personas que preguntan por él y asegurándoles su oración.
Benedicto ha hecho solo apariciones públicas, en su mayoría en grandes eventos de la Iglesia Católica, pero ha recibido a pocos amigos.
Sus más cercanos dicen que aún se encuentra mentalmente activo, pero que presenta problemas de movilidad y necesita un andador para tras- ladarse.