La tranquilidad que todos los años acompaña al día después del cierre de las actividades legislativas esta vez amaneció con una guerra política entre legisladores de la oposición y del oficialismo colorado.
El control de la Comisión Permanente fue el motivo que desencadenó el enfrentamiento. La jornada cerró con un organismo instalado con mesa directiva de mayoría opositora, pero que no es reconocida por los legisladores que responden al Ejecutivo.
Este conflicto, que expone una vez más al desprestigio institucional del Legislativo, tiene un final incierto, debido a las posturas extremas entre las partes que se acusan mutuamente de atentar contra la institucionalidad.
En ese sentido, los opositores, con el apoyo del disidente colorado Luciano Cabrera, “madrugaron” a los oficialistas con una convocatoria hecha por el titular del Congreso, Enrique González Quintana.
Se vieron obligados a sesionar en el Senado, debido a que el titular de Diputados, Víctor Bogado, no habilitó el equipo de audio y grabación de su sala.
Luego de acusar y cuestionar el “boicot” y “la falta de respeto” de enviar una resolución donde no constaba la lista de integrantes, los opositores procedieron a instalar la comisión y la mesa directiva.
Eligieron como presidente al diputado oviedista Carmelo Benítez. El senador liberal Armando Espínola quedó como vicepresidente, mientras el diputado Cabrera fue designado secretario.
El pleno aprobó una moción del senador liberal Juan Carlos Ramírez Montalbetti para que la mesa directiva pida investigar la posible comisión de un delito contra el funcionamiento de las instituciones por parte de Bogado.
Benítez sostuvo que es absolutamente legal esta conformación, porque “en las democracias gobiernan la mayoría”.
Por su parte, Bogado calificó de “golpe institucional” lo realizado por la oposición. Argumentó que el procedimiento utilizado fue irregular, teniendo en cuenta que él aún no había comunicado la nómina oficial de diputados miembros.
Suplente forzado
El senador liberal Alfredo Jaeggli fue protagonista de la nota peculiar de la jornada en el Parlamento, debido a que acudió para jurar como titular, pero se encontró con que “fue enviado al banco de suplentes” por la bancada. “No tuvieron ni la decencia de decirme no vengas porque sos suplente. De nuevo arreglan las cosas entre bambalinas y después piden seriedad”, expresó enojado el legislador.