23 jun. 2025

OPINIÓN PÚBLICA

La oscuridad del parque Carlos Antonio López
Soy un asiduo caminante del parque Carlos Antonio López del barrio Sajonia de Asunción. Les escribo para denunciar y reclamar que dicho parque está a oscuras en muchos trayectos, pues las bombillas de sus luces se han quemado y nadie se preocupa por cambiarlas.
Hace unos días, un amigo fue asaltado en dicho lugar y quienes ahí acudimos, coincidimos en que se está volviendo un lugar inseguro. Es un hermoso parque que a la entrada del sol no puede ser aprovechado con tranquilidad. El tema de la falta de luz lleva más de tres meses. Me pregunto: ¿será que no pueden solucionar un inconveniente mínimo como el del cambio de “focos” quemados? Si esto tan simple no puede solucionarse que será de aquello más complicado.
Al respecto de dicho parque, sugiero que la superpoblación de funcionarios municipales pueda tener trabajo como guardaparques, pues nadie lo cuida e incluso se roban los grifos de metal, o cualquier objeto de metal o rompen las plantas y se las llevan, es una vergüenza nadie lo cuida. Puede destinarse, por ejemplo, un equipo de guardaparques a su cuidado y justificar así esa superpoblación de funcionarios comunales.
Otro problema del parque es el tanque de agua (reservorio), que creo es de la ESSAP. La protección de tierra de los costados de dicho tanque se está llevando el agua y dejando al descubierto la estructura del mismo. ¿Es acaso necesario que dicho reservorio de agua se pierda por falta de reparación? Es solo cuestión de llevar tierra y reponer el empastado de dicho costado para proteger el reservorio de agua o ¿debemos esperar que todo se venga abajo para gastar millones? Arriba del tanque hace falta más iluminación. La iluminación del parque no llega al 10% de lo que debería y hay que repararlo. Pregunto a las autoridades municipales ¿debemos esperar que alguien muera para hacerlo?
Carmelo Castiglioni
C.I. 353.880

Sobre el proyecto Filizzola, de
Salud Sexual y Reproductiva
Me dirijo a ustedes y a través suyo a la opinión pública, para expresarles mi preocupación ante el proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva presentado por el doctor Carlos Filizzola.
Soy de la ciudad de Limpio. Tengo 27 años. Hace tres años tuve mi primer bebé por cesárea. A los 40 días acudí al hospital para un control y prácticamente me obligaron a aplicarme un dispositivo intrauterino (T de cobre o espiral) para no embarazarme nuevamente muy pronto.
A los pocos días comencé a tener dolores y molestias de todo tipo. Al mes me internaron de urgencia. El DIU había perforado mi útero y mis intestinos. Tuve una grave infección. Me operaron y me sacaron parte del intestino. Estuve internada por semanas y necesité meses para recuperarme.
Desde hace un año estamos con mi marido intentando un nuevo embarazo y no lo conseguimos. Me explicaron que por la infección que tuve se me “pegotearon” las trompas y los ovarios, y por eso será muy difícil que pueda tener otro bebé.
Para mí es evidente que este método que me dieron para “cuidarme” no me brindó “salud” ni preservó mi capacidad “reproductiva”, sino todo lo contrario.
Esta frase “salud sexual y reproductiva” inventada en el extranjero busca “a toda costa” reducir los embarazos para disminuir la población, e incluye entre los métodos para lograrlo incluso la “interrupción del embarazo”, que es el aborto.
Hago un llamado a la población paraguaya para que no nos dejemos engañar. Los paraguayos necesitamos salud de verdad. No nos dejemos atropellar.
María, de Limpio.

Más sobre el proyecto Filizzola
Me indigna que en este país tan sufrido sigan existiendo personas cuya responsabilidad es sacar adelante el país y de lo único que se preocupan es de hundirlo, pero eso sí ellos deben ganar, llenarse los bolsillos y por supuesto, ser superamigos de los países del primer mundo.
Este anteproyecto de ley es lo más bajo que pueda existir, y año tras año vuelve a salir, pero ojo nunca la opinión pública se entera, se trata de que pase desapercibido, enmascarado y endulzado con palabras, pues si utilizaran las palabras correctas nadie en su sano juicio las aceptaría.
Dicen que ayudará a las mujeres, especialmente adolescentes no educándolas, no ofreciendo un servicio real de salud, sino un servicio de cinco estrellas para asesinar a personas inocentes que ni siquiera pueden defenderse (su propio hijo), endulzando los oídos con palabras como interrupción del embarazo y no asesinato de un ser inocente que no puede hacer nada para defenderse. ¿Y me pregunto hasta dónde hemos llegado asesinando a nuestros hijos y que la ley nos ampare?
Además menciona esta ley que todas las personas tienen derecho a la salud sexual y reproductiva. ¿Salud sexual? ¿Salud reproductiva? Si lo único que quieren ofrecer no es un banco de sangre, no es un kit de parto, no son antibióticos, no son incubadoras para recién nacidos, no son camas en hospitales pediátricos u hospitales en general, no son controles, sino anticonceptivos.
¿Cuándo será el día que nuestros dirigentes se preocupen por la salud real del pueblo, en especial de las mujeres? Es que ellos no forman filas en los entes públicos, ellos no reciben un “no tenemos ese medicamento” después de horas de espera, “señora no tenemos ese antibiótico, no tenemos esa cama, no tenemos suero, pero a cambio le damos este kits con pastillas anticonceptivas y abortivos, que le sea útil”.
Es hora de que estas personas dejen de pensar solo en su bien, pues se sabe que reciben grandes sumas del exterior para hacer este tipo de ley que lo único que hace es sumergir a este pobre país que dirá un “NO” a este tipo de asesinato.
Silvia Vega
C.I: 2.857.273