15 ene. 2025

OPINIÓN PÚBLICA

Malos recuerdos de un diplomático que iría a España
Estimado señor director:
Permítame que le haga un pequeño comentario sobre noticias publicadas por ese estimado diario, que es el portal de mi ordenador en el hospital donde yo presto mis servicios desde octubre de 1999 hasta la fecha.
Yo soy enfermera profesional, y hace 9 años decidí venir a buscar nuevos horizontes. Mi primer contacto lo tuve con un Hospital en Torino (Italia) y luego en Roma. Allí permanecí casi dos años desde abril del 97 hasta octubre del 99, de donde vine a trabajar al Hospital Clínico de Madrid donde estoy trabajando desde hace ya casi 7 años.
Por suerte no tengo problemas con documentos ya que me nacionalicé hace ya un año después de hacer innumerables papeles y donde fui ayudada de una manera eficaz por un funcionario entonces del Consulado en Madrid de nombre Juan Baiardi. Lastimosamente, este funcionario se marchó, y en ese momento empezó el caos más absoluto.
Ahora me entero por su diario que viene aquí como embajador el doctor Óscar Cabello de infausto recuerdo de todos los compatriotas que viven en Italia. Jamás fue capaz de acercarse, de acogernos, de preguntarnos por nuestras familias, en fin de tantas cosas que necesitamos los que tenemos la tristeza de vivir fuera de nuestro país.
Nosotros sabemos que la labor del embajador es difícil, pero lo que sí sabemos es que el que nos represente, tiene que ser solidario, abierto, no tener horas para atender a los compatriotas, generoso, y los que vivimos en Roma en la época que ese señor nos representaba, sería como le llaman ustedes escalafonado o algo así, que eso a los que estamos fuera no es igual, pero lo que sí sabemos los que llevamos el exilio económico a nuestras espaldas que ese señor será, como todos los que gobiernan allí y los que nos mandan aquí, con honrosas excepciones, un para nada total.
Perdón por lo largo de mi carta, pero que tristeza.
Norah Chamorro

La impunidad no se esconde entre las cenizas de los asesinos
Técnicamente Augusto Pinochet murió sin castigo.
Así lo había previsto desde la inédita transición que el mismo organiza tras 17 años de poder de facto, porque se aduce que se legitimó en las urnas, ninguna ley que se respetara podía aceptarlo. En el Chile de Pinochet, sin embargo, hasta las leyes se hicieron y se cumplieron a su medida. Entonces, de dictador se convirtió en senador vitalicio.
La complicidad de aquellos “demócratas” que un día lo auparon hasta permitirle, en nombre de la lucha contra el comunismo, cometer los más horrendos crímenes y sumergir al país en una orgía de sangre, lo acompañó hasta este 10 de diciembre en que aun sin concedérsele el beneficio de un funeral de Estado, permitieron en agravio sin límite a sus víctimas, honrarlo como ex jefe del Ejército que degradó y se degradó al acompañarlo y que aún hoy no ha pedido perdón por su participación en aquel golpe y sus crímenes.
Pinochet no solo fue un criminal sino también un vulgar ladrón, a quien se lo juzgaba, además, por poseer cuentas millonarias y secretas en el Banco Riggs de Estados Unidos. Dinero que extrajo del erario publico, de coimas y servicios cobrados por haber sido el ejecutor del trabajo sucio que el imperio del norte ordenó.
Al indagar la vida de este nefasto personaje, no deja de venir a la mente uno muy similar que gobernó nuestro país, con parecidas características y al que tampoco le llegó la justicia antes de su muerte. También como en Chile tenemos muchos “demócratas” que le permitieron pisotear las leyes, torturar, matar y mandar al exilio a muchísimos compatriotas que no se resignaban a las injusticias.
Lamentablemente muchos de ellos hoy son electos diputados y senadores, llegando a pedir un minuto de silencio en el parlamento, a la muerte de nuestro “dictador”.
Tampoco nadie en Paraguay llegó a pedir perdón a los damnificados por esa dictadura y el partido en el poder sigue impregnado por las mismas metodologías y estructuras que tenían en aquellos años de terror.
Bueno, está claro porque es el mismo partido político, en el que jamás se hizo una debida autocrítica y que está nutrido de muchos personajes que aplaudieron o avalaron los actos del dictador y muchos de ellos aun añoran aquellos tiempos donde éramos felices y no lo sabíamos.
Con la muerte de Pinochet no se puede enterrar el pasado. Tampoco con la muerte de Stroessner, las víctimas, sus familiares y el mundo, reclaman justicia. La impunidad no podrá esconderse entre sus cenizas. Nunca podrá cerrarse esta etapa del país mientras no se juzgue y castigue a todos los culpables del horror.
Rogelio Humberto Molinero

Queja contra Copaco
Soy una usuaria de la Compañía Paraguaya de Comunicaciones (Copaco) y sin usar mi teléfono, porque no tengo necesidad de hacerlo porque estoy en comunicación permanente y directa con mis familiares, cada mes tengo que pagar una abultada suma de dinero, pues alguien está usando (pirateando) mi línea.
Además, desde el 8 de noviembre que solo en forma esporádica mi teléfono tiene tono, y otras veces cuando alzo el tubo alguien está hablando, por lo que se evidencia que mi línea está siendo utilizada indebidamente por gente inescrupulosa.
El último mes tuve que pagar unos 150.000 guaraníes la factura de Copaco sin que yo haya hecho uso del teléfono, como para que me cobren semejante suma de dinero. Es el colmo. Yo quiero que la empresa de telefonía solucione este problema. Yo tengo 83 años y no puedo ya ir para hacer trámites, ir a la oficina de la compañía a codificar mi línea para tratar de evitar que se piratee.
Vivo en el centro de Asunción, sobre la calle Brasil, y quiero que Copaco busque y encuentre la solución.
Esther Gadea Vda. de Brañas
C.I. 71.656