15 feb. 2025

OPINIÓN PÚBLICA

Mensaje navideño
Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, por el que se debía proceder a un censo en todo el Imperio. Todos, pues, empezaron a moverse para ser registrados, cada uno en su ciudad natal. José también, que estaba en Galilea, en la ciudad de Nazaret, subió a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, porque era descendiente de David. Allí se inscribió con María, su esposa, que estaba embarazada.
Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa. En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. Se les apareció un ángel del Señor y la gloria del Señor los rodeó de caridad y quedaron muy asustados; pero el ángel les dijo: “No tengan miedo, pues vengo a comunicarles una buena noticia, que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor. Miren cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.
De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel y alababan a Dios con estas palabras: “Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: esta es la hora de su gracia” (*).
El mensaje navideño nos plantea lo siguiente:
“Que el Niño Jesús, que nació el 25 de diciembre, ilumine y oriente a todas las familias paraguayas, y que realmente sea un mensaje de paz y amor. Necesitamos que el Niño Jesús renazca en cada uno de nosotros para que realmente produzca cambios positivos en nuestra vida. Hacemos un brindis imaginario con todas las familias paraguayas, para salir adelante, para superar metas, para tratar de llegar a cumplir todos nuestros sueños, sentirnos realizados espiritualmente como seres humanos y que sepamos también compartir con nuestros semejantes.”

ORACIÓN. Niño Jesús, te pedimos humildemente que le colmes al Pueblo Paraguayo de Amor, Salud, Paz y Trabajo; que no haya diferencias entre los seres humanos y que nos consideremos hermanos, hijos de un mismo Padre, Dios. Gracias, Niño Jesús, por todas las oportunidades y motivaciones que nos diste este año.

(*) Lectura bíblica, Lucas 2
Prof. Rubén Darío Zacarías y Familia