Tekojoja ñandeko (Igualdad, dicen)
Este domingo 17 de diciembre de 2006 pudimos observar la formación de un nuevo movimiento político paraguayo (Mopote), cuya cabeza es un cura, monseñor Fernando Lugo. Como ya dije en otras ocasiones, “cuando un religioso decide entrar en la política es porque el país ya no tiene remedio, necesita de un milagro” me hace recordar a Haití, ¡que horror!
El problema del Paraguay no son los políticos, sino los votantes. No existe, según la sabiduría humana, ni malos, ni buenos políticos, sino malos y buenos electores. Pero de cualquier manera, vamos a suponer que el padre resuelva todos nuestros problemas. Estamos esperando un milagro. ¿No es cierto?
Para que eso ocurra la mitad de los paraguayos y casi todos los colorados y liberales no tendrían que ir a votar, y si fueran, tendrían que tener un lapso de memoria por unos minutos y olvidarse de los políticos que gobiernan al Paraguay por casi seis décadas. Políticos que tienen dinero suficiente como para comprar los votos necesarios para llevarse al poder, como ya decía José María Argaña, al Pato Donald, si quieren. Pero supongamos que Hugo Chávez, cosa que no será difícil, decide apoyar a este grupo que se autodenomina “socialista” y consiga pagar más al valiente elector paraguayo y el remate caiga al lado del religioso. ¿Qué va a pasar? Ah. No se olviden, los funcionarios públicos también votan y son más de doscientos mil. Multiplicando por la familia, o sea, por cuatro, ya son casi un millón.
Ocurre lo imposible. Lugo gana y asume la presidencia del paraguay. Por mi cuenta sería el 58 presidente, contando: dictadores, cónsules, destronados, derrocados, provisorios, golpistas, fallecidos y algunos demócratas, etc. ¿Ustedes ya se imaginaron el caos: Dirigentes campesinos y partidarios de “Patria Libre” en el poder? No durará seis meses. Como supuestamente fueron apoyados por Hugo Chávez, no va a faltar un militar de caballería o de intendencia quizás que lo derroquen bajo un ligero apoyo de los yanquis y de los colorados y grupos económicos perjudicados.
Si durante el actual gobierno ya invaden estancias y roban ganados por doquier, ¿imagínense los propios en el poder? Les cuento que yo vivo lejos de allí, pero como soy amigo de todos, les doy este aviso.
Los grupos de izquierda que hoy se une en el Paraguay es aquel que cabría en los años 60 tal vez. Son los llamados “Perfectos idiotas latinoamericanos” aquellos que aún rezan la Biblia de Eduardo Galeano “Las venas abiertas de América Latina”, pero dirá usted lector ¿y Chile? ¿Allá no hubo una concertación? ¿Allá no gobierna el socialismo? Calma amigo. Los socialistas chilenos aprendieron en Europa con Felipe González dos cosas: democracia de verdad y economía de mercado, además, que la primera obligación social de una empresa es dar lucro y no ser atacadas por sinvergüenzas y haraganes.
En el actual gobierno paraguayo que no es de izquierda y ni sé a qué lado mira, la segunda opción ven con desconfianza y la primera no les interesa. ¿Imagínese usted al Paraguay con ministros sindicalistas torpes, dirigentes campesinos ignorantes y políticos de Patria Libre secuestradores y asesinos?
El único respetado del grupo, por su historia, sería el Prof. Luis Alfonso Resck. No lo conozco personalmente porque cuando yo vivía en el Paraguay el estaba en el exilio y cuando volvió yo me auto exilié. Pero como dijo esta semana aquí en el Brasil un ex ultra izquierdista y actual presidente reelecto Lula da Silva: “cuando una persona tiene los cabellos blancos y continua siendo de izquierda es porque tiene algún problema”.
Ahora, infelizmente, Nicanor tiene la cancha libre, pero la mejor opción para el Partido Colorado, perpetuarse en el poder, que no es mi deseo, es encontrar un candidato y abandonar la idea de la reelección. ¿La receta? Democracia, economía de mercado y mucha educación. ¿El resto? Retórica retrógrada.
Feliz navidad y próspero año nuevo
Félix Gerardo Ibarra Prieto
La ética periodística y las hidroeléctricas
De plano no considero anti-ético que cada empresa o ministerio tenga en su presupuesto una determinada suma destinada a publicidad, la idea es que cada institución divulgue, a través de los medios, todo su potencial, su trabajo, su función y estatuto. Lo que es verdaderamente anti-ético es la manipulación y desperdicio de estas publicidades.
Siempre me llamó la atención la banalidad de los mensajes patrocinados por las hidroeléctricas en las radios.
Creo que la opinión pública paraguaya debería estar más enterada de la real importancia del recurso energético hidroeléctrico, considerado el más importante de todos por el Banco Mundial. Paraguay tiene que ser un país rico y soberano.
Un periodista ético al recibir dinero de alguna institución del Estado, no lo gastará comprándose un auto de lujo o haciendo viajes fastuosos, y luego emitiendo criticas idiotas y desafiantes a algunos hombres fuertes del gobierno para forjar prepotentemente, la idea de intimidad, independencia y libertad. Pésimo.
El periodista ético especialmente en el tercer mundo, recibiendo o no dinero del Estado, moralmente se siente comprometido y obligado a trabajar seriamente, primero, para proteger su propia imagen y credibilidad. Y segundo, trabaja por el país y por todos. Sabe que hoy la
información debe estar siempre acompañada de la instrucción y de la formación.
El periodista ético moderno sabe, conoce y es consciente de su alta responsabilidad social.
Marzha Navarro