24 abr. 2024

Olimpia baja al Ciclón y se hace líder único del Clausura

Olimpia, el viejo y peludo Olimpia, superó una vez más por el marcador de 2-0 a Cerro Porteño, su clásico rival, y asumió el liderazgo al frente de la tabla de posiciones del Clausura. Un verdadero golazo, obra de Richard Sánchez, abrió camino a romper con el invicto azulgrana.

Ya sea por el clima frío, el momento socioeconómico del mes, o las facilidades que la trasmisión vía televisión otorgan, la máxima cita del fútbol paraguayo, en su edición número 300, marcada como casi habitualmente en el estadio de los Defensores del Chaco, no lució sus mejores galas en lo que al espectáculo extradeportivo rodea.

Sin embargo, sobre el campo de juego, con tácticos esquemas parecidos, y aunque con características ofensivas distintas, tanto Cerro como Olimpia saltaron a proponer un juego cargado de importantes posibilidades de gol.

En principio, la más clara para los azulgranas tuvo lugar a los incipientes 10' del encuentro. Fue a partir de una triangulación en el área franjeada, entre Brian Franco y Diego Churín, que dejó al juvenil de Cerro en posición envidiable, justo de frente al portero Alfredo Aguilar.

No obstante, Franco no consiguió patear de manera óptima, aunque de la misma forma obligó a que como sacado de la galera, el santaniano enseñe su primera tapada de valor en la jornada. Repetiría en reiteradas ocasiones a lo largo del lance.

En la secuencia, minutos después, sobre los 14', Olimpia respondería la avanzada local a partir de la primera pelota parada que le tocó, y desde un tiro de esquina enviado por Mendieta puso a temblar al fondo del Ciclón.

Dos minutos más tarde la polémica diría presente. Envíado en velocidad, Néstor Camacho conquistó la zona resguardada por Marcos Cáceres, quien a juzgar por la repetición intentó desequilibrarlo desde atrás. Situación que para el árbitro Eber Aquino no ameritaba sanción alguna.

Pese a ello, Olimpia siguió creciendo y sobre los 39', tiempo en que el juego ya se había inclinado visiblemente en favor al conjunto franjeado, Richard Sánchez establecería justicia en el marcador.

Tras un mal despeje de Hernán Novick, al medio, el volante decano encontró el balón en solitario y casi de inmediato ensayó un envenado tiro al poste izquierdo de Antony Silva, disparo justo que aprovechó el mínimo espacio disponible para colarse de manera espectacular.

“Extraño marcar goles”, había expresado conferencia de prensa Sánchez. Esta vez no perdonó, y anotó su primera alegría en el campeonato, la segunda de su historial particular en clásicos, y el sexto tanto en su carrera como profesional.

Ya en la complementaria, los de Luis Zubeldía tomarían la iniciativa de ir al frente en busca de la paridad, pero por causa y gracia de Alfredo Aguilar, encendido y con todas su luces, no hubo lugar para tal misión.

Abroquelado en la retaguardia, en la última del partido, Aguilar volvería a salvar sobre la raya a su equipo, jugada que luego de una serie de toques dejaría a Leguizamón listo para buscar el segundo tanto en condición de contragolpe.

Este llegaría por intermedio de Néstor Camacho, quien ya definió la historia prácticamente con el arco libre, luego de que Leguizamón lo habilitará tras superar los desesperados intentos de Cáceres, Silva y Arzamendia en el camino.