Los disturbios ocurrieron en el estado de Río Grande do Norte, donde se extendieron a una veintena de ciudades en las primeras horas del martes.
Pese al fortalecimiento de la seguridad, los ataques se repitieron este miércoles en al menos seis urbes, entre ellas Natal, la capital del estado.
El ministro de Seguridad Pública, Flavio Dino, detalló en Twitter que fueron enviados “220 policías (federales) para auxiliar a las fuerzas del estado”, y que ese número podrá ampliarse “hasta la cantidad que se considere necesaria”.
Imágenes difundidas por redes sociales y medios locales mostraron autobuses, camiones y otros automóviles en llamas, y patrullas policiales con orificios de balas.
En medio de los ataques, dos hombres supuestamente vinculados a los ataques murieron en enfrentamientos con la policía y dos resultaron heridos, según el sitio de noticias g1.
Hasta el momento, 30 personas fueron detenidas, de acuerdo con un balance de la policía publicado por g1.
Las autoridades de Rio Grande do Norte indicaron que trabajan con la hipótesis de que los ataques, planeados desde el interior de las prisiones, son una respuesta de grupos criminales ante un endurecimiento de las medidas de control en esas instituciones del estado. AFP