Otazu exigió durante su homilía que se haga buen uso de la justicia en Paraguay, palabras que fueron aplaudidas por los feligreses que esperan la misa central en la explanada de la Basílica.
Luego resaltó que se educa de una manera errónea a la comunidad, ya que el miedo más fuerte del humano es el miedo a Dios. “Porque desde pequeños las madres nos inculcan ese temor. Dios no es un Dios de castigo, sino de bondad, de misericordia y de amor”, dijo.
El religioso también dijo que la Iglesia intenta fomentar una ternura maternal. “Ser cristiano es creer en Jesús como salvador del mundo. Nuestra fe en instituciones por más importantes que sean es de tejas abajo”, destacó.